Las requisas. Los accesos estuvieron vallados y divididos. En cada sector los efectivos hicieron controles a todos los que entraron al Parque.

 

Las vallas alrededor del Parque de Mayo daban indicio desde temprano de que la seguridad iba a ser extrema. Y así fue: estuvo todo cercado y sólo se habilitaron 4 puntos de acceso al espacio verde para poder cachear una por una a las personas que llegaron a festejar el Día del Estudiante. Como si fuera el ingreso a un estadio de fútbol, las personas debieron pasar por un filtro policial, donde los uniformados hasta revisaron las carteras de las mamás que llegaron con sus bebés recién nacidos. Es que el objetivo fue prohibir el ingreso con bebidas alcohólicas o elementos que pudieran ser usados como un arma. "Cerrar el Parque y poner ingresos es la única forma de poder revisar a todos y de hacer que la gente esté tranquila durante el festejo", dijo el secretario de Seguridad Gustavo Fariña, mientras que muchas personas que estuvieron en el Parque dijeron estar contentos con esta nueva modalidad, pues hasta el cierre de la edición no había ningún tipo de inconveniente entre los jóvenes.

Si bien las actividades en el Parque de Mayo estuvieron habilitadas desde las 11, la mayoría de las personas comenzó a llegar pasada las 17. Desde la mañana la Policía estuvo en los ingresos, controlando a todos. Además de los efectivos que hubo en cada uno de los ingresos, hubo policías que hicieron recorridas por todo el Parque para controlar que la fiesta se viviera en paz.

Con los bolsos cargados de comida, gaseosas y hasta los juguetes de los chicos las familias fueron las primeras en arribar al Parque de Mayo. Pasaron los controles y hasta les revisaron lo que llevaban debajo de los changuitos de los bebés. "Otros años veíamos cómo los chicos sacaban de las mochilas las cajas de vino, o cómo peleaban porque estaban borrachos. Ahora estamos tranquilos y todos disfrutamos", dijo Rosa Gallardo, una mujer de Rawson que estuvo en el Parque con toda su familia, incluido un nieto de 10 meses. Al igual que ella, muchas personas se mostraron satisfechas por los controles. "Los niños pueden jugar sin miedo a que les pase algo", dijo otra mujer.

En la tarde los jóvenes fueron mayoría. En grupo comenzaron a copar el espacio verde, a la espera de la actuación de las bandas nacionales. Y mientras las horas pasaban disfrutaron de los artistas locales, bailaron cumbia y reguetón y hasta se animaron a chayar con agua o espuma. Ellos también debieron pasar los controles. Y aunque algunos se mostraron disgustados por tener que mostrar lo que llevaban en las mochilas, otros dijeron que les pareció una buena forma de cuidar a todos los que decidieron festejar en el Parque.

 

Apostillas

 

Un patio de comidas

 

Una de las calles internas del Parque de Mayo estuvo habilitada para que los vendedores de comidas rápidas, que todos los domingos venden en ese espacio, estuvieran ofreciendo sus productos. Hubo algunos que vendieron panchos, pizzas, lomos y hasta empanadas, mientras que otros ofrecieron desde licuados hasta jugos.

 

Fuera del Parque

 

Si bien muchas personas pasaron la parte vallada para hacer el picnic, hubo otros que quedaron por afuera de las vallas. Dijeron que fue para estar más tranquilos, pues había menos gente. También hubo muchas personas en la plaza España y en los jardines del Centro Cívico y el Centro de Convenciones.

 

Sorteos y premios

 

Dentro del Parque de Mayo hubo dos escenarios donde actuaron artistas locales y concentraron a muchas personas. Desde ahí hicieron sorteos y concursos para que la gente se llevara premios. Hubo algunos que subieron a bailar, cantar y hasta decir adivinanzas; y les regalaron remeras, bicicletas y juguetes.

 

En familia

 

Hasta con el bebé de 1 mes

 

Florencia Pérez llegó al Parque con su amiga Vanesa Aciar y los hijos de ambas. A pesar del calor y de la cantidad de gente Florencia no dudó en ir y llevar a su bebé Tomas, de tan sólo 1 mes. "Somos de La Bebida. Todos los años venimos para que los niños jueguen y pasen un día distinto", dijo mientras acomodó el paraguas con el que cubrió del Sol al bebé.

 

Un día clásico para los Báez

 

La familia Báez llegó al Parque bien preparada. Con una lona para el picnic, bizcochuelo, gaseosas y el mate pasaron la tarde. Dijeron que todos los años van al Parque y que les encantó la seguridad que hubo en esta ocasión.

 

Todo por los nietos

 

Beatriz Tejada vivió por primera vez la llegada de la primavera en el Parque, y dijo que lo hizo porque sus nietos se lo pidieron. La mujer pasó la tarde jugando al fútbol con Pía y Alejo, de 5 y 3 años respectivamente.