Si bien estaba acostumbrado a 5 en una noche, aseguró que su récord fueron 8. Las noches calurosas de carnaval siempre invitaban a esas maratones que ponían a prueba al límite el rendimiento físico, más allá del placer que despertaba cada función. Ni siquiera eran en un mismo sitio, sino que había que ir de un lugar a otro, aunque el traslado significaba un respiro, una pequeña oportunidad para recobrar fuerzas y volver a dar todo para que el éxtasis fuese completo.
El tiempo ha pasado y hoy su protagonista, el Negro Sony, intentó repasar aquel periplo que comenzó a la tarde, en una matiné, y terminó cuando el sol ya había regresado al cielo sanjuanino. “Me acuerdo bien -relató el artista de 63 años de edad- que empecé en Club Salvador y después fui al Pateta, también en Chimbas. De ahí, a La Bebida. Pasé por Punteto, fui a Colon Junior, de ahí a Unión de Villa Krause y terminé en SOEVA, Caucete”. Aunque falte el nombre de un baile, Juan Carlos (así su nombre que figura en el DNI) sigue teniendo grabado a fuego en su memoria a San Juan, su lugar en el mundo en las décadas de los ’80 y de los ’90, donde se convirtió en un referente del cuarteto.
Todo comenzó en 1983. El Negro Sony, al igual que en la actualidad, residía en Córdoba y era el cantante de la orquesta ‘Doble Cuarteto’. Surgió la presentación de 5 shows durante un fin de semana en San Juan. “Entre ellos, fueron en salones como El Ensueño y Cabú, sin saber por supuesto que sería la primera de una enorme cantidad de veces”, evocó Juan Carlos, que luego de una sonrisa al recordar aquellos tiempos, continuó: “Nos fue tan bien que nos volvieron a contratar a los 15 días. La segunda vez viajamos solamente cuatro músicos y en Córdoba se pelean el director y el dueño del nombre de la orquesta. Por eso, nosotros quedamos varados en San Juan y decidimos hacer otras actuaciones para juntar dinero y poder regresar”.
Así fue que lograron ser contratados para bailes en Chimbas, Pocito, Albardón y Sarmiento. Con suficiente dinero para viajar a Córdoba, también vio que se abría toda una oportunidad en San Juan. ¿La razón del rápido impacto? Para Sony, pudo haber sido que el ‘estilo cordobés’ del cuarteto que llevaban era toda una novedad musical.
“En San Juan ya habían otras orquestas de cuarteto, pero el estilo cordobés era particular”, opinó. Se decidió a armar su propia banda, que llamó ‘Sony y el Supercuarteto’ y nombró a Orlando Figueroa, Miguel Yacante, Ricardo Gregoire, Charly -de La Máquina de Charly-, los hermanos Oscar y Julio Rodríguez, entre otras figuras locales que lo acompañaron.
Así, en tiempos en que el estilo musical llegaba exclusivamente a las clases más populares (“Mucho tiempo después fue que la alta sociedad se dio cuenta que para divertirse en una fiesta hay que poner cuarteto”, opinó el músico), Sony rápidamente se convirtió en un referente del ritmo cuartetero sanjuanino. Cuando se presentaba cualquiera de los artistas más importantes del país, (Alcides, Sebastián, Pelusa, Gladys la bomba tucumana) seguro que “el telonero” era Sony.
Y entre las innumerabes anécdotas, una que todavía despierta risas es cuando cantó por primera vez la Mona Jiménez. “En mi repertorio había muchos temas de Carlos. Canté primero y cuando subió él y empezó a cantar temas como ‘Oh mami’, ‘Mujer y amante’, ‘Tengo un amor en la calle’, o ‘Mujer cruel’, la gente le recriminaba que no cantara los temas de Sony. Como me escuchaban a mí desde antes, creían que eran míos. Lo que pasó fue que la segunda vez que vino la Mona a San Juan fue la única vez que un músico no quiso que yo fuera el soporte”.
Fue en una de sus presentaciones en El Ensueño que conoció a quien hoy es su esposa. Mauro, fruto de la pareja, también es cantante de cuarteto, quien afirmó que ya pasaron unos 10 años de la última presentación en San Juan y no descarta verlo a su padre nuevamente haciendo un show en esta provincia.
Juan Carlos aseguró que también tuvo muchas satisfacciones con acciones solidarias: “Lo que hacía por escuelas, uniones vecinales, era de corazón. Hasta show para los presos hicimos. Lo único que pedía siempre era que trataran bien a los músicos”. A fines de los años ’90 fue que Sony regresó a Córdoba. Hoy siente a San Juan como su segundo hogar: “La gente realmente me demostró su cariño. Es imposible que olvide a San Juan”.