Luego de 45 días cerrado, el Museo de la Memoria Urbana volverá a abrir sus puertas. Y lo hará con algunos cambios, porque ahora funcionará en una casa de calle Santa Fe y le cambiarán la palabra Memoria por Historia. Además, de momento sólo estará habilitado la muestra y la biblioteca, pues aún resta reinstalar el simulador del terremoto. La reapertura se llevará a cabo el 13 de septiembre, con una serie de actividades que comenzará a las 20.

El museo fue trasladado a una casa en calle Santa Fe a pocos metros de Alem. Fue una mudanza obligada por las obras de construcción de la plaza del Bicentenario, que entre sus trabajos contemplaban el desmantelamiento del museo que funcionaba en el viejo andén de cargas (cuya estructura no será dañada) en el predio de la ex Estación San Martín.

Fueron cientos de objetos los que trasladaron en varios viajes de camión y camionetas y que tuvieron que acomodar, pero ya el lugar está casi listo para la reapertura. En la planta baja funcionará lo referido estrictamente a la exhibición de las piezas del museo, mientras que en la planta superior estará la biblioteca, que tiene más de 8 mil ejemplares.

Por cuestiones de infraestructura y espacio, readecuaron el recorrido museológico que existía en la ex Estación San Martín. Si bien es un lugar más reducido, usufructuaron todos los rincones de la vivienda y mantendrán los ejes referidos a la época precolonial, el San Juan previo al terremoto, la destrucción del sismo de 1944 y luego la reconstrucción.

Si bien fue complejo, también lograron reinstalar la réplica de una vivienda aborigen, pero aún no pudieron hacer lo mismo con el simulador de terremoto. Según explicó Mary Mansilla, directora del museo, por un lado fue complejo sacarlo de la exestación debido a su peso (más de dos toneladas) y tamaño y para ello necesitaron de una grúa. Pero para colocarlo en su nueva sede van a tener que desarmarlo pues es imposible hacerlo pasar por las puertas.

Este trabajo será complejo y además necesitarán de una obra anexa que es una pozo de dos metros de profundidad para instalar el sistema hidráulico que lo hace funcionar, tal como estaba en su lugar original. “Todo este proceso llevará tiempo, porque además el único espacio disponible en la nueva sede”, señaló Mansilla.

En tanto, la otra novedad será el cambio de nombre. Debido a que el Gobierno provincial planea construir el Museo de la Memoria, referido a los años negros de la Dictadura, es que en la Municipalidad de la Capital no quieren que se confundan los términos. De allí que cuando reabran anunciarán que el lugar se llamará Museo de la Historia Urbana.