‘O juremos con gloria morir‘ es la frase que sintetiza el sentimiento de los criollos que encabezaron el proceso político independentista en 1810 y que el Himno Nacional, escrito hace 200 años en medio de aquel clima, buscó dejar sellado en la historia como símbolo contra la opresión colonial.
El 11 de mayo de 1813 un decreto de la Asamblea Constituyente, que se había conformado para declarar la Independencia y dictar una Constitución, objetivos que quedaron pendientes en ese momento, aprobaba el Himno Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
‘Aprobada por esta Asamblea General la canción que por comisión de este soberano cuerpo el 6 de marzo último ha trabajado el diputado (Vicente) López, téngase por la única Marcha Nacional, debiendo por lo mismo ser la que se cante en todos los actos públicos‘, destaca el documento oficial.
En las estrofas escritas por el abogado López, integrante de la elite criolla, quien le solicitó a Blas Parera, maestro del teatro de la Casa de Comedias, que compusiera la música, se resaltan los valores de ‘la noble igualdad‘, de la ‘libertad‘, de esa libertad obtenida con las armas, tras romper ‘las cadenas‘ de la opresión española.
Pero el Himno que aprobó la Asamblea en 1813 no es el mismo que se canta hoy en las escuelas y actos conmemorativos, ya que en 1900 el presidente Julio Roca quitó algunas estrofas ‘escritas con propósitos transitorios‘ y así justificó el haber borrado las frases más agresivas contra España y de identidad americana.
Atrás quedaron los versos, inspirados en un contexto de guerra contra España, que decían, entre otros: ‘¿No los veis sobre Méjico y Quito/ Arrojarse con saña tenaz,/ Y cual lloran bañados en sangre/ Potosí, Cochabamba y La Paz?/ ¿No los veis sobre el triste Caracas/ Luto y llanto y muerte esparcir? / ¿No los veis devorando cual fieras/ Todo pueblo que logran rendir?‘.
Así fue como el recorte de Roca estableció que se debía cantar sólo la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada en 1813.
Pero en aquellas primeras décadas del siglo XIX las Provincias Unidas del Río de la Plata no estaban solas en la lucha contra el dominio colonial y un reguero de revoluciones atravesó los viejos virreinatos de América.
El triunfo del criollismo latinoamericano, que logró expulsar a España y Portugal del territorio, como los esclavos de Haití lograron liberarse de Francia y de las cadenas que los ataban a las plantaciones, llevó también a dejar expresado en sus himnos el enorme valor y fervor de las luchas por la emancipación.
Pero al igual que en el Río de la Plata, algunos himnos de las futuras naciones latinoamericanas también sufrieron recortes y cambios en especial lo que apuntaba contra España y Portugal.
