El sendero demasiado angosto, empinado y con curvas tan cerradas que la mitad del cuerpo quedaba en el precipicio. Todo, a casi 5.000 metros de altura, justo cuando la puna empezó a hacer efecto. Fue cuando varios expedicionarios decidieron encarar la temerosa bajada de El Espinacito a pie, en vez de hacerlo montados en las mulas, como tradicionalmente recomiendan los que más saben. Pero todo esto recibió un condimento emocionante cuando, al llegar al hito que hay en la cima, vieron hasta el Aconcagua. Fue uno de los momentos más intensos de ayer, cuando los participantes hicieron la segunda jornada a lomo de mula en el décimo Cruce de los Andes. A última hora llegaron al refugio de Sardina. Mañana partirán rumbo al límite con Chile donde se recordará el triunfo de San Martín en la batalla de Chacabuco.

"Preferí bajar caminando, confío más en mis pies", dijo el actor Juan Palomino, uno de los expedicionarios que optó por descender El Espinacito caminando y no cabalgando, opción que varios participantes decidieron emular. Ayer fue la jornada más complicada por su dificultad geográfica y porque hubo que andar a lomo de mula durante casi 9 horas, con el cansancio físico que esas largas jornadas provocan. También fue el tramo en el que un par de expedicionarios y una gendarme se cayeron de sus mulas, fueron atendidas por los médicos del Cruce, aunque no hubo lesiones de gravedad.

Tal como sucedió ayer, la columna fue compacta y mantuvo casi el mismo ritmo, cuestión difícil de lograr por la gran cantidad de personas que participan. Se salió desde el refugio Las Frías a primera hora, tras el izamiento de la bandera. Cerca del mediodía, y por senderos dificultosos, los expedicionarios llegaron a la cima de El Espinacito. Tras las fotos de rigor y de admirar un paisaje único, llegó el turno del descenso, una de las partes más complicadas de la travesía. Custodiados permanentemente por los arrieros, gente del RIM 22 y Gendarmería, todos bajaron sin dificultad.

Hacia la siesta el desafío fue permanecer lúcidos y despiertos arriba de la mula. Es que, luego de El Espinacito, el trayecto los llevó a las vegas de Gallardo. Este sendero también tiene descensos empinados y con muchas piedras sueltas. Fue en este sector donde algunos participantes se cayeron de sus mulas. Otros se tiraron, por recomendación de los entendidos porque tenían la montura suelta y existía la posibilidad de un accidente mayor.

Ni bien se entró al Valle de Los Patos y el refugio Sardina se veía a lo lejos como un pequeño punto, el alivio volvió al cuerpo de los expedicionarios. Con un fuerte viento Sur que bajaba la temperatura notablemente y nubes que amenazaban tormenta, llegaron pasado el atardecer a ese lugar donde hoy realizarán una jornada de aclimatación, clave para no tener problemas como el mal de altura. El refugio fue acondicionado con comodidades para este Cruce.

Mañana temprano partirán hacia el límite con Chile, en Valle Hermoso, donde a mediodía se hará el acto con los chilenos para conmemorar la gesta sanmartiniana tras el triunfo de la batalla de Chacabuco.

Fotos: Marcos Carrizo

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