A la hora de los elogios, saludos, firma de autógrafos y fotos, el primer señalado es el arquero Carlos Biasotti. Dueño de un carisma y un respeto que lo han llevado en estos 7 años y medio que está en el club (6 en su anterior paso más el año y medio desde que retornó para el Torneo del Interior que ganó) a erigirse como el símbolo.

“Ni por cualquier plata del mundo me voy de Unión, esta es mi casa, acá me siento muy bien y difícilmente me ponga otra camiseta. Me tendrían que echar para que deje de jugar en Unión”, contó el pelilargo arquero y uno de los pilares en el equipo de Cabello.

Hace tiempo que Carlos dejó su Buenos Aires natal para radicarse en San Juan. Devoto de la Virgen de Fátima, pidió pasar por la iglesia antes de ir a Vallecito. Rezó, agradeció y continúo viaje. En la Difunta una mujer dijo “ese es el arquero” y él, cortés posó para la foto, al igual que firmó una foto a dos hinchas del Azul.