Muchos tienen la dicha de convivir con seres excepcionales; seres llenos de luz, aquellos que esperan en el hogar siempre con el corazón abierto y saltando de felicidad; es decir las queridas mascotas. En sus amplias variedades y a los gustos de cada uno, hoy 29 de abril, el Archivo General de la Provincia, homenajea a los animales.

Los archivos resguardan información esencial que refleja la historia de un país o provincia. Por ello, es necesario comprender su importancia a partir del valor que tienen para la administración, la investigación, la comunidad, el desarrollo económico, social, científico y tecnológico, el fomento de la cultura y la consolidación de la identidad nacional.

En este sentido, el Archivo General de la Provincia reseñó la historia de la denominada Ley Sarmiento, a través del relato de la Profesora Verónica Robles, integrante de la cartera de gobierno a cargo de la custodia y protección de los documentos históricos de valor patrimonial.

Historia de la "Ley Sarmiento"

La historia nos remonta al año 1879, cuando un 21 de agosto se fundó en Buenos Aires la Sociedad Argentina Protectora de Animales (SAPA). Esta institución fue una de las más antiguas en su tipo; creada bajo la inspiración de un pastor escocés, Juan Francisco Thomson y la Iglesia metodista.

Los colabores con que contó; entre ellos figuras destacadas de aquella época, fueron el sanjuanino Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre, el poeta Carlos Guido Spano, Vicente Fidel López y el jurisconsulto Ignacio L. Albarracín. Posteriormente se organizó, al tener como presidente a Sarmiento, el vicepresidente fue Mitre, y la secretaría recayó en Albarracín.

No menos de esperar, Sarmiento prestó su casa para llevar a cabo las reuniones y funcionara allí la reciente sociedad protectora; entre los años 1881 y 1885. En esta última fecha Sarmiento dejó su puesto de la presidencia y lo sucedió Albarracín.

Es importante destacar que nuestro maestro célebre, escritor; y demás funciones relevantes que cumplió, al finalizar su mandato como presidente de la nación se dedicó y levantó la bandera en otro aspecto, por la defensa, cuidado y protección por los animales.

Ignacio Lucas Sarmiento nació en Córdoba, un 31 de julio en 1850; pasó sus primeros años de niñez en nuestra provincia, se recibió de abogado y jurisconsulto.

Sobrino de Sarmiento; por parte de su madre, trabajaron a la par en defensa y prohibición del maltrato por los animales.En aquel entonces eran comunes los encuentros para presenciar la riña de gallos y de los perros, o el atractivo de las corridas de los toros, el tiro a la paloma, la doma de potros, también actuaron contra la matanza de los animales faenados, los caballos usados como transporte, etc.

Como fruto de un trabajo arduo junto a su tío, propusieron la sanción de una ley nacional en defensa de los animales. Finalmente dicha ley se sancionó el 25 de julio de 1891, y se promulgó un 3 de agosto del mismo año. A partir de entonces se contó con una reglamentación, la Ley Nacional de Protección de Animales Nº 2786; que posteriormente en honor a uno de sus propulsores, se denominó “Ley Sarmiento”; tras el fallecimiento de Domingo F. Sarmiento (1888).

Esta norma establecía actos punibles por los malos tratos hacia los animales, con penas de multas o arrestos para las personas culpadas. Se contó con colaboración de la policía; para dar cumplimiento de la misma, de los reglamentos y diversas ordenanzas que se dictaron en correlación; para lograr la protección de todos los animales. El dinero que se recaudó se destinó a las distintas Sociedades de Beneficencia de ese entonces.

Solicitó también la ayuda al Estado nacional para la construcción de distintos hospitales veterinarios públicos y gratuitos. A través de la educación, digno ejemplo de su tío, fue difundido en las currículos escolares, el respeto y su importancia para con la defensa de los animales teniendo presente que se llevara a cabo la celebración de estos seres vivos. También pidió la colaboración de la Iglesia para inculcar estos valores de respeto y amor.

Por su parte, en Estados Unidos, se festejaba estas efemérides como así también en Londres qué tenía el Domingo del Animal. Este ejemplo fue tomado por Albarracín, de esta manera consiguió en colaboración con el Consejo Nacional de Educación, llevar a cabo tan ansiada celebración en nuestro país; un 29 de abril de 1908, El lugar elegido fue en el Zoológico; en reunión previa con el director Clemente Onelli. Que finalmente la fecha se trasladó a un 2 de mayo; por causa de la lluvia en esos días.

En este acontecimiento tan importante para el doctor Albarracín, asistieron el presidente de República; Figueroa Alcorta, entre otros invitados, con la presencia de un público numeroso estudiantil, en el cual se soltaron varias palomas mensajeras. Con el simple objetivo de generar conciencia en los escolares, el respeto hacia los animales.

La lucha de la Sociedad Protectora y de su defensor; se mantuvo por muchos años. Ya que se gestionó leyes en contra de la matanza eutanásica del ganado, protección de la fauna y diversas campañas de preservación del ambiente, etc.

Ignacio Lucas Albarracín falleció también un 29 de abril de 1926 en Buenos Aires; coincidencia o no, para la posteridad en Argentina se eligió esta fecha en honor a su lucha y trayectoria incansable por la defensa y protección de los animales.

Adhesión de la ley en San Juan

Esta provincia no ajena a estos principios, y por adhesión nacional, sancionó en el año 1948 la Ley Nº 1294, un 24 de agosto. Donde se declara en disposiciones la mencionada Ley Nº 2786, sobre la protección de los animales, hoy no vigente.

Por su parte la llamada “Ley Sarmiento” sentó las bases para la futura legislación argentina en esta materia. Y ambas leyes se conservan y se pueden consultar en los repositorios del SIPAR y Archivo General de la Provincia.

Posteriormente a nivel mundial diferentes organismos internacionales como la UNESCO, establecieron los derechos de los animales. Y en 1980, por su parte, el Papa Juan Pablo II, eligió a San Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas. En San Juan la Asociación “Amigos de la Casa de Sarmiento”, como tantas otras instituciones, continúan con el legado de Sarmiento en este sentido.

En estos tiempos nuestras mascotas son el sostén y compañía para muchos, con su cariño y presencia. Ellos como el resto de los animales; nuestros pares vivos, merecen nuestro total cuidado y respeto.