Una de las razones por las que Portugal se terminó imponiendo ayer a Francia, en el último de los partidos de cuartos de final, fue porque los galos no se animaron a ser un poco más atrevidos con los lusos. El partido marcó una paridad desde el principio que no se modificó durante el primer tiempo. Se fueron al descanso empatados en un tanto, con goles de Viana para Portugal y Landrín para Francia. En el complemento, Portugal logró una relativa superioridad pero no había indicios de un favorito. Incluso Henry puso el 2-1 para Francia, que luego quiso cuidar, haciendo lo que no sabe, replegarse. Así fue como otro de Viana y luego dos más de Pereira le dieron la victoria final a Portugal.
