El segundo gol de Italia, para el 2-2 transitorio, marcado por Mirko Bertolucci desató la furia de José Martinazzo y toda la Argentina por considerar que antes había pedido minuto el seleccionado Azzurro. El árbitro portugués, Joaquín Pinto, tras conversar la situación con su coterráneo, José Monteiro, decidió marcar el tanto y entonces el enojo detrás del banco albiceleste se potenció. El minuto que pidió Italia finalmente sirvió para calmar las aguas pero no para hacer olvidar a Martinazzo su bronca en la conferencia de prensa: “El gol no era válido y los árbitros lo sabían. No entendí porqué lo cobraron si la chicharra por el minuto pedido ya había sonado”, expresó el coach. Las polémicas de la noche siguieron en el complemento, en este caso con el sexto tanto albiceleste, marcado por Emanuel García. Luego de un remate del delantero, la bocha se coló por debajo de Barozzi, quien intentó sacar provecho de la indecisión del juez Monteiro, quien no sabía qué sancionar. Una charla con Pinto provocó la toma de decisión de dar el nuevo tanto a los locales para el 6-2 parcial. En ambos casos, y pese a la indefinición de los árbitros, lo que finalmente sancionaron resultó lo correcto. Más allá de este par de polémicas, en el resto del encuentro, pese a ser un clásico con mucho en juego, los jueces tuvieron una buena labor. Incluso, manejando bien las tarjetas.
