Las campañas de difusión y concientización y la colaboración de parientes de sanjuaninos que necesitaron trasplantes de médula ósea ayudaron a que la cantidad de donantes creciera casi 9 veces desde que se comenzó a captar dadores. Así, según informaron desde el Instituto de Ablación e Implante de San Juan (Inaisa), en 2008 se registró 3 donantes de médula y 2013 cerró con 29.
“En 2005 comenzamos a recibir donantes de médula ósea. Ese año, los donantes fueron 3 y al año siguiente, 7. Durante 2007 y 2008 no tuvimos a nadie registrado. Pero comenzaron a hacerse campañas de promoción y los donantes fueron creciendo. En 2009 llegamos a 12 y en 2010, a 11. Mientras que, en los últimos 3 años recibimos 27, 30 y 29 donantes por año. Ya tenemos 119 donantes en San Juan”, contó Gabriel Mira, de Inaisa. Y agregó que “la promoción es fundamental. Pero el número creció también porque, por tener familiares enfermos, muchas personas se inscribieron”. Hasta el momento, los sanjuaninos que han recibido médula ósea son 20. La mayoría padecía leucemia, aunque también hubo casos de anemias.
El especialista explicó que cuando alguien decide donar las cédulas de su médula pasa primero por una entrevista, ya que si padece enfermedades infectocontagiosas o cáncer no puede donar. A quienes están en condiciones se les extrae una unidad de sangre, se analiza y sus datos pasan a los registros nacionales e internacionales de donantes. “Cuando una persona necesita el trasplante y no tiene ningún familiar compatible, lo que sucede en el 75% de los casos, se busca en los registros a alguien que tenga compatibilidad. Se lo llama, se le vuelve a consultar si quiere donar médula y si la respuesta es afirmativa se hace la extracción”, explicó Mira. Para eso hay 2 opciones, una es la punción de médula y la otra es la incitación de la liberación de células a la sangre y la posterior extracción (ver infografía). El donante elige una de ellas.
Los sanjuaninos que quieran ser parte de los registros deben presentarse en el Instituto Provincial de Hemoterapia (Iphem). Tienen que tener entre 18 y 55 años y pesar más de 50 kg.
