La discusión por la salida o no de Víctor Doña de la Cámara de Diputados ha tomado más trascendencia de la que debe. El diputado, según versiones porque Gioja hasta el momento no larga prenda, pasaría a ocupar la presidencia del EPSE, sillón que dejó vacante Francisco Alcoba para reemplazar a Aldo Molina, recientemente elegido como nuevo vocal del Tribunal de Cuentas. Un enroque raro, ya que la lógica indica que si hay algo que funciona bien, no debe tocarse. ¿Por qué hacerlo entonces con el Ministerio de Hacienda? Algunos dicen que fue el propio Molina quién pidió salir del trajín del manejo diario de la plata sanjuanina. El ministro lo sugiere, pero le tira la pelota al Gobernador. La supuesta salida de Doña de la Legislatura ha expuesto a la opinión pública viejas novelas. Y es que hay una fuerte puja interna por ocupar el cargo de presidente de bloque que Doña ostenta desde hace años. Una puja a la que Gioja, por costumbre, le escapa, pero que cosecha adeptos en segundas y terceras líneas.

Ayer en Radio Colón, Víctor Aldo Molina, como le gusta decir al todavía encargado de las finanzas de San Juan, dijo que sintió que 8 años y pico manejando la misma área, "es suficiente" (ver página 6 de este diario). Acto seguido, como buen soldado que es, se apuró en aclarar que es Gioja quién sabe los motivos reales de la modificación, y que había que preguntarle al Gobernador. Molina es uno de los pocos que acompaña al mandatario desde el comienzo. Y manejando nada más y nada menos que la plata de la provincia, y haciéndolo bien. A tal punto que sólo un diputado rechazó su nombre cuando se trató el tema el jueves en la Cámara. Está bien que el oficialismo tiene una abrumadora mayoría, pero también es cierto que los legisladores de la oposición podrían haberse opuesto al menos para dejar sentado que no están de acuerdo con el nombramiento, pero no lo hicieron. Molina casi no ha tenido que salir como un bombero a rescatar a Gioja de nada. La Provincia ha tenido una vida institucional muy calma y el dinero ha llegado correctamente. Eso, más la minería, que es nueva para San Juan sobre todo en su faceta de aportadora de sólida liquidez, han provocado que la estadía del funcionario sea "apacible" por calificarla de alguna manera.

El nombre de Francisco Alcoba siempre sonó. Gioja en una entrevista lo tildó de "Excelente profesional y una persona de mucho sentido común, que en esta profesión es imprescindible". Por eso no le costó mucho la elección. Alcoba tiene experiencia en la función pública, y mucho más en las finanzas. No hay muchos otros que puedan ostentar tres cualidades en una sola persona: sentido común, sentido político y capacidad técnica. El otro que podría haber calzado en el cargo es Ricardo Luque, quién asesora a Gioja desde hace unos meses y que no parece demasiado interesado en el dilema diario de los números sanjuaninos. Por lo expuesto, a Gioja cubrir el cargo que Molina dejaba vacante no le costó mucho. Y hay que tener en cuenta otro dato: las luces amarillas en la economía argentina. Este año llega menos plata del Gobierno nacional. Esto sólo pasó en 2009 y en aquel momento el faltante se suplió ordenadamente. Hoy la economía no es la misma y Alcoba viene a poner el pecho a las futuras balas que puedan surgir, y para ello tiene experiencia.

El mandatario tiene un dilema y es la vacante que dejará Doña, si es que, como se aclara al comienzo de esta columna, se va al EPSE en lugar de Francisco Alcoba. El reemplazo de Doña es Mariela Ginestar, una caucetera que se hizo famosa por ganarle a Emilio Mendoza la Convencional Constituyente. Ginestar lo hizo a pulmón, con algo de ayuda de Roberto Basualdo, pero con un mensaje claro en un tema que no era fácil de comunicar. Y le ganó a las miles de pasantías y planes sociales que el entonces Intendente de Caucete ostentaba. Luego salió del ala basualdista argumentando falta de liderazgo del actual Senador y se arrimó al giojismo, donde milita actualmente. A Ginestar no le tienen mucha confianza y a su vez, no hay mejor propuesta para el cargo de director del EPSE que el caucetero, quién junto al ministro de Infraestructura, José Estrada, han sido los pilares de las políticas de fomento de energías limpias, tema sobre el que San Juan ha hecho punta en Argentina. Como si eso fuera poco, Doña es el presidente del bloque del Frente para la Victoria. Para ese lugar hay muchos anotados y poca definición del Gobernador. A Gioja no le gusta que se le adelanten y por eso está pidiendo silencio, y de forma urgente. Dicen en los pasillos de la Cámara que la situación enfrenta al vicegobernador Sergio Uñac con el diputado nacional Daniel Tomas y el intendente Juan Carlos Gioja. ¿Cómo? Y es que si le preguntan a Sergio Uñac, sus preferidos no son los mismos que los del legislador nacional, como es natural que ocurra. Uñac le pone fichas a Pablo García Nieto y Víctor Muñoz Carpino; y Tomas a Amanda Díaz y Hugo Díaz. Y ojo que hay otro dato: Nieto y Díaz son del mismo departamento, y deben proteger al mismo intendente: Juan Carlos Gioja, que es, por si a alguien se le olvida, el hermano del Gobernador. Juan Carlos no se ha expresado todavía del tema, dicen que no está en San Juan. Habrá que esperar a que vuelva para saber cuál es su opinión sobre la división generada entre los legisladores que tienen como misión primordial pelear por Rawson.

Hasta este momento, y hay que ser justo con ello, el Vicegobernador ha sido el responsable de mantener en calma la tropa. Doña ha ocupado más su tiempo en las energías limpias que en limpiar de problemas el bloque. Y se puede suponer que más allá del nombre que resulte ganador de esta contienda, será Uñac el que siga manejando el barco, siempre con la supervisión de Gioja. Por eso resulta casi ridícula la discusión; y con mayor fuerza desnuda viejas diferencias. El Gobernador sabe todo esto, y ha mandado callar a todo el mundo hasta tomar una definición. Y es probable que demore esa resolución, atento a todos estos comentarios de pasillo. Y también es probable que elija a alguien que no esté en este grupo, sólo por hacer la contra. No se ve a nadie entre los legisladores que pueda tapar la impronta de Sergio Uñac, a no ser que Gioja quiera que así sea. Por todo esto, el que se viene, será un final para alquilar balcones.