�Una bala penetró el talón de Dominguito el 22 de septiembre de 1866. Murió desangrado en el campo de batalla, durante la Guerra del Paraguay. Fue mientras intentaba tomar el fuerte paraguayo de Curupaytí. Hacía tres años que no le dirigía la palabra a su padre adoptivo, Domingo Faustino Sarmiento.
A Sarmiento le disgustó que el muchacho abandonara los estudios universitarios para alistarse en el ejército y al mando de Mitre, de quien estaba distanciado. Cuando Dominguito murió, Sarmiento estaba en Estados Unidos. Fue Bartolito Mitre, hijo de Bartolomé Mitre, quien le dio la noticia. ‘Su imagen se me presentó obstinadamente… Parecía repetirme sus últimas palabras: No llore papá… ¡un viejo como usted…!‘, escribió Sarmiento 19 años después al concluir el libro que dedicó en su memoria.