Bajo la batuta de Carlos Sisterna, desde hace meses que se cosen los 1200 trajes que se verán en el escenario el sábado próximo. Esta tarea se hace en seis talleres y participan no sólo modistos y costureras, sino además verdaderos artesanos, ya que buena parte del vestuario requiere de detalles que sólo alguien muy virtuoso con sus manos podría hacerlo, como el corset de palma tejida que utilizará Cepa Madre.

Para llevar adelante semejante tarea, Carlos utilizó desde telas con mucho cuerpo como brocatos hasta otras muy livianas, como gasas, gasas cristal, tules. Pero también apeló a otros elementos para dar vida a los personajes como papeles, cartones, alambres, telgopor, silicona, vinilo, etc, etc. Un detalles es que muchos de los vestidos están íntegramente bordados en lentejuelas y piedras, mientras que hay otros que tienen una terminación en “pan de oro´´, un papel dorado finísimo. Es que en la fiesta habrá mucho brillo.

Sisterna también se ocupa de los tocados de los actores, de dar algunas pautas sobre el maquillaje, de la utilería (como los enormes erkes que aparecerán en la primera escena por ejemplo) y de algunos elementos que aparecerán como mobiliario en el escenario, como la nave de Baco.

Si bien la Fiesta Nacional del Sol habla del vino, en el vestuario no hay ni un sólo racimo. Se simboliza con algunos granos y nada más.