San Juan.- Juan José Gil, un hombre discapacitado que vive gracias a una pensión, tomó una dramática determinación en la mañana de hoy. Fue cuando decidió encadenarse al portón de la casa que ocupa para no ser desalojado.

Tal fue el revuelo que se armó en el interior del Barrio Los Pinos, que muchos vecinos salieron a ver qué ocurría ya que tres patrulleros se dieran cita en el domicilio de Crisollo al 5.897.

Según pudo saber Diario de Cuyo, la causa, que finalmente terminó con la orden de desalojo, lleva más de 12 años y la justicia resolvió que Juan José, su mujer e hijos de 9, 12 y 17 años deben dejar la casa que ocupan desde el 2001.

Por su parte, el hombre afirma que compró la casa y que los papeles fueron “adulterados”, pero la parte demandante demostró que el hombre dejó de pagar el alquiler hace años.

Ante la negativa del hombre de dejar la casa se hizo presente la policía para hacer efectiva la resolución judicial.