De a poco va tomando forma el Plan Provincial Sísmico, que pretende determinar cómo tendrán que actuar las diferentes áreas del Estado en caso de un terremoto y bajo qué circunstancias se activará el procedimiento. Se trata de un protocolo de actuación inédito en San Juan, pese a que la provincia pertenece al grado más alto de riesgo sísmico en Argentina. El proyecto ya tiene algunos avances y entre los más destacados figura el estadio del Bicentenario como un posible centro de evacuados, mientras que los edificios del 911 y del nuevo cuartel central de Bomberos son los más apropiados para montar los llamados Centros Operativos de Emergencia, es decir, el lugar donde se centrará la actuación del comité de crisis.

San Juan tiene un Plan de Emergencia que existe desde 1997 y que fue actualizado en 2006, pero tiene varios agujeros y no cuenta con un diseño de actuación específicamente en caso de terremotos. Por eso el Gobierno desde hace un par de meses que está delineando el Plan Provincial Sísmico, que busca dejar por escrito y detalladamente hasta la mínima información sobre cómo las autoridades y la comunidad deberán accionar en caso de un sismo de consecuencias graves.

Ya hubo reuniones y talleres entre todas las áreas del Ejecutivo, como la Policía, Bomberos, Secretaría de Seguridad, Ejército, Gendarmería, Salud Pública, Infraestructura, Educación, Comunicaciones y Vialidad. Y fueron lideradas por Martín Gómez Lassarrague, quien es integrante de la Coordinación de Asistencia de Desastres de Naciones Unidas y miembro de la Secretaría de Protección Civil y Abordaje Integral de Emergencias y Catástrofes del Ministerio de Seguridad de la Nación.

De acuerdo a evaluaciones que vienen gestando las autoridades, el estadio del Bicentenario cuenta con varios factores que lo hacen picar en punta en caso de tener que montar allí un centro de evacuados si se produjese una catástrofe. Es que el predio presenta accesibilidad debido a que está sobre ruta 40 y espacio incluso para establecer helipuertos. Además, su infraestructura será mayor cuando se construya allí la villa deportiva, pues permitirá montar diferentes áreas de emergencia e incluso albergues.

Si bien las fuentes vinculadas al proyecto aclararon que aún deben estudiarse otros aspectos e incluso cuestiones administrativas vinculadas al gigante de Pocito, no descartan incluso que más adelante allí incluso sea construido una sede para el Centro Operativo de Emergencia (COE), el órgano más importante que habrá en caso de un cataclismo.

COE

El Plan Provincial Sísmico contempla que tras un terremoto grave, inmediatamente se activará un comité de emergencia, encabezado por el gobernador y su gabinete. Este comité funcionará y actuará a través del Centro Operativo de Emergencia, que por su rol clave en la toma de decisiones debe establecerse en un lugar que cumpla varios aspectos, como que no tenga riesgo de derrumbe, posea accesibilidad, comunicación o grupos electrógenos, entre otros.

De acuerdo a la evaluación previa, los edificios del 911 (inaugurado a fines del año pasado y ubicado en Agustín Gómez casi España) y el nuevo cuartel de Bomberos, que estará listo a fin de año y se está levantando en Mendoza a metros de Benavídez, son los elegidos por ahora para ese fin.

“No puede haber un solo lugar definido pues si se cae un complejo o sufre daños estructurales debe preverse una alternativa. Estos dos edificios fueron construidos bajo las máximas exigencias de sismicidad y ambos fueron evaluados con las mejoras notas. Por eso, si bien el Plan Sísmico aún no está cerrado, creemos que son las opciones más factibles para el Centro Operativo de Emergencia, salvo que más adelante pueda construirse un sitio específico. En ambos casos, luego habrá que equiparlos”, dijo Alfredo Nardi, director de Protección Civil.

Actualmente, si sucediera una catástrofe, el actual Plan de Emergencia establece que el comité de crisis debe funcionar en el tercer piso del Centro Cívico, es decir, un sitio que tiene factores en contra, desde lo espacial, a lo técnico e incluso de acceso, como el hecho de tener que usar escaleras o ascensor.