Ángela León Sirerol, con 22 años, es parte de una tendencia reciente y creciente entre los jóvenes argentinos que quieren probar sus alas lejos del nido. Ya no es sólo la Patagonia, Norteamérica o la Península Ibérica, sino un destino más alejado todavía y con menos lazos culturales en común: Dinamarca.
Prácticamente 3.000 jóvenes argentinos fueron al país nórdico europeo en los dos años anteriores, con la intención de conocer otra cultura en un contexto que en lo público se muestra como ideal. Junto a Nueva Zelanda, Dinamarca es el menos corrupto del mundo y en otro ranking figura como el país con la gente más feliz del planeta, detrás de Finlandia.
Ángela, como prácticamente todos, utilizó un convenio entre Dinamarca y Argentina denominado ‘Working Holiday’. Uno de los ítems del programa es que personas menores de 30 años (35 en casos específicos) pueden postularse para trabajar y vivir un tiempo determinado allá. Ángela se presentó junto a Nicolás, su novio en ese momento, y al saber que fueron aprobadas sus solicitudes, partieron sin dudar. “Mis expectativas antes de viajar eran como la de todo joven de mi edad: vivir bien, viajar y conocer”, señaló.
Hoy, la sanjuanina reside en Aarhus, distante a 200 kilómetros de la capital, Copenhague, una ciudad universitaria. Considera que descubrió otra forma de vivir y ratifica la fama que ostenta Dinamarca. “Superé ampliamente mis expectativas. Con un trabajo part time, que sería 4 horas al día 6 veces a la semana, ya vivís perfectamente y si es full time, 6 veces a la semana 8 horas por día, podes ahorrar, gastar en lo que quieras, viajar y demás. Actualmente trabajo como delivery de comidas full time y eso es suficiente para vivir súper bien, ahorrar, viajar. También trabajé como baby sitter y limpiando casas pero no quería un jefe por eso decidí este año no buscar trabajo de cocina o barista . Fue la mejor decisión”, proclamó.
Agregó que según el trabajo, entre el 33 y el 45% de lo que se gana se paga en impuestos “pero lo ves día a día reflejado en la limpieza de la ciudad, salud gratuita para los residentes y sobre todo en la seguridad. Lo mejor es ser mujer y poder caminar por donde sea a la hora que sea sin miedo, con la ropa que quieras, tu celular en la mano y no sentirte acosada o en peligro, eso no lo cambio por nada”.
Hoy Ángela vive sola, aunque es usual en Dinamarca que se compartan los gastos de alquiler. “Acá es muy común vivir en casas o departamentos de dos o más habitaciones y compartir con gente de otros países, yo viví con unos de Letonia y después con un italiano”, relató la sanjuanina.
En promedio, el ingreso por un trabajo part time al bolsillo es de 1.000 dólares mensuales y exactamente el doble por uno full time. Gastos de alquiler, comida, transporte y extras ronda desde los 800 dólares mensuales. “La estabilidad económica que hay acá…nadie se queja que subió todo menos el sueldo. La gente va feliz por la calle, todo el mundo te sonríe”, indicó.
Respecto a la comunicación, Ángela afirmó que la gente habla fluidamente inglés: “El mío era básico, acá lo fui perfeccionando por necesidad y también tomé clases con una profesora”.
Como nada es perfecto en la vida, la joven identificó al clima y la lejanía con su familia como lo que integra la otra cara de la moneda. Lo más duro es estar tan lejos de mi familia y un poco también el clima de acá, no ayuda mucho. Es mucho frío, lluvia y viento. De 365 días, 340 son así”, confesó con una risa.
De todos modos el balance que hace arroja un resultado tan positivo que evalúa otras alternativas para extender su estadía y no duda en calificarlo como la mejor decisión que tomó hasta ahora en su vida y que vale la pena salir de la zona de confort para experimentar algo así: “Si sos positivo, todo sale súper bien”.