El 1 de julio de 1974 se conoció el fallecimiento de Juan Perón en Olivos. Fue su esposa Isabel Perón la encargada de difundir la noticia: “Con gran dolor, debo transmitir, al pueblo el fallecimiento de un verdadero apóstol de la paz”, dijo. Cristina Fernández no pronunció una palabra en público mientras se realizaban los preparativos para desplazar los restos de su marido a la Rosada.

Tras el fallecimiento de su esposo, Isabel Perón, quien había sido electa vicepresidenta con el 62 por ciento de los votos en 1973, debió hacerse cargo de los destinos del país. Cristina Fernández de Kirchner no debió hacerlo, ya que asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2007, tras obtener el 45 por ciento de los votos. Ambas fueron las únicas presidentas femeninas del país.

Isabel pronunció su primer discurso en la Rosada, visiblemente conmovida, con una imagen frágil. La rodeaban los funcionarios de su gabinete, entre los que destacaba el ministro de Acción Social José López Rega, “El brujo”, que ejerció una fuerte influencia sobre Perón primero y su sucesora después. Entonces se decía que era López Rega quien ejercía “el poder real”.

Cristina Fernández aún no pronunció ningún discurso ni prestó declaraciones a los medios. Se la pudo ver junto a sus hijos en la Casa Rosada. La presidenta se mantuvo firme a pesar del difícil momento. Hasta que uno de los manifestantes gritó: “¡Hermana Cristina, viva Chile, viva América del Sur!”. Fernández se quebró y tuvo que ser contenida por su hija Florencia.