Los tan mentados petardos eran un clásico en las fiestas de fin de año, pero parece que por estos tiempos van camino a la extinción, o bien, a reducirse a la mínima expresión. Según comerciantes consultados por este diario, la venta de pirotecnia se redujo este año al menos a la mitad, con respecto a igual periodo del año pasado: dicen que hay la mitad de puestos callejeros que otros años.

 

¿Las razones? Varias. Por un lado, una fuerte campaña de difusión donde se viene concientizando sobre el daño que genera en los animales. En este sentido, en la provincia ya en dos municipios se prohibió la venta de pirotecnia (Rivadavia y Santa Lucía); mientras que en Capital se aprobó una ordenanza para prohibirlos pero regirá a partir del año próximo.

 

 

"Nada que ver con otros años. El año pasado, cuando ya estaba instalada esta movida anti-pirotecnia se empezó a vender bien desde el 22 y ahora no pasa nada. Pero esto es, en parte, responsabilidad nuestra, porque hay muchos que durante años vendieron cualquier cosa y a todo el mundo, sin importarle nada de nada", comentó el empresario Rubén Russo.

 

 

Otro que salió con los tapones de punta, pero que prefirió no identificarse, es un comerciante que hace 13 años está en el rubro: "Fuimos unos voraces e inescrupulosos por años y ¿ahora nos venimos a quejar? Acá hay que barajar y dar de nuevo, concientizar a la gente que priotecnia no daña a los animales y cuáles sí". A la hora de relevar la cantidad de puestos callejeros, en muchos departamentos se achicaron. En Capital aseguran que no hay más de 40 (el año pasado habilitaron unos 110) y en el Gran San Juan creen que quedan menos de la mitad. 

 

 

A contramano de sus colegas, Matías Ferreyra, de Fuegos Artificiales San Juan, reconoció que hay menos puestos callejeros pero los que hay venden bien; "creo que hay que buscar un punto medio, este es un negocio el de la pirotecnia que da fuentes de trabajo para esta época. Hay que discutir bien el tema".