Paola Miranda perdió a su bebé de 37 semanas de gestación. Su familia dijo que concurrió varias veces al Hospital Rawson con fuertes dolores, contracciones y un pico de presión y que no la quisieron atender y mucho menos, dejarla internada. El viernes pasado, luego de recurrir a la parte privada para hacerse una ecografía, descubrió que su bebé estaba muerto. Los familiares de la mujer ahora evalúan llevar el caso a la Justicia. Ninguna autoridad de Salud Pública respondió a los llamados de DIARIO DE CUYO para dar su versión de lo sucedido.
Hace dos semanas y media Paola fue internada en este hospital por un cuadro de hipertensión que puso en riesgo su embarazo. Luego de ser estabilizada recibió el alta con la recomendación de hacer reposo. Pese a que acató el consejo, días atrás comenzó a sufrir fuertes dolores y contracciones. Pero no volvieron a internarla, según contó su tío Javier Perea. ’El miércoles pasado fue al hospital porque no daba más. La atendió una doctora que le dijo que volviera a su casa y tomara buscapina cada 8 horas. Y que no le podían hacer cesárea porque aún el embarazo no estaba en término. Son todos unos sinvergüenzas que dejaron que el bebé se muriera’, dijo el hombre.
El viernes pasado, Paola notó que su bebé había dejado de moverse. Como seguía con dolores y contracciones volvió a Ginecología del hospital. Según Perea, un médico le dijo que tomara gaseosa de cola y comiera un alfajor que eso iba a hacer que el bebé se moviera. Lo hizo, pero no sucedió. ’Desde las 11 de la mañana hasta las 2 de la tarde estuvo sentada en una silla de ruedas sin que ningún médico la volviera a atender. Comenzó a suplicar que le hicieran cesárea. Ahí recién vino otro médico a revisarla. Le dijo que no sentía los latidos del bebé y que había que hacerle una ecografía, pero que tenía que ir a una clínica privada porque en el hospital no funcionaba el ecógrafo. Ni siquiera le dieron una ambulancia para llevarla’, dijo Rita Miranda, su hermana.
Paola fue en remís hasta una clínica privada donde, luego de hacerle la ecografía, le informaron que su babé estaba muerto. Con el dolor por la pérdida de su segundo hijo (tiene un varón de 7 años), la mujer regresó al hospital donde, según dijeron sus familiares, no la quisieron internar para hacerle una cesárea y sacarle el feto. Contaron que los médicos le dijeron que se fuera a su casa y que regresara el lunes (por mañana) porque podía tener el feto muerto dentro de su vientre por varios días sin que le pasara nada.
’Recurrimos a los medios para dar a conocer el caso y cuando empezó a tomar trascendencia pública, la internaron (el viernes por la noche). Pero ni siquiera nos entregaron su historia clínica porque dijeron que no la encontraban. Tampoco la operaron de inmediato porque dijeron que primero tenían que hacerle los estudios prequirúrgicos’, agregó el tío.
Recién ayer alrededor de las 15.30 y después de unas 20 horas de tener al bebé muerto dentro del vientre, Paola fue operada.

