Bastante alterado estaba el clima en el Hospital Garrahan, de Buenos Aires, como para suponer que ese era un día como todos. En las salas, cada paciente y cada familiar notaban que algo diferente estaba pasando por los pasillos. La misma sensación cruzaba la habitación 6249, donde está internado Juan Brizuela, el chico sanjuanino que fue transplantado del corazón y cuya familia está recibiendo ayuda del Gobierno provincial. Hasta que un hombre cruzó la puerta y preguntó por Juancito. Era Alejandro González, relacionista público del Club Atlético Boca Juniors, y detrás de él ingresaban, uno a uno, los jugadores Román Riquelme, Lucas Viatri, Pocho Insúa y Javier García.
La cara de Juancito, fanático xeneize, era de no creer. Miraba hacia arriba, conectaba su mirada con la de sus ídolos y no podía cerrar la boca. Los jugadores le dieron algunos regalos, conversaron un poco con él, escucharon su propio diagnóstico de la recuperación y, en el momento más emotivo, Riquelme le regaló su camiseta al chico, no sin que antes la firmaran los cuatro jugadores.
Si bien luego los referentes de la Azul y Oro recorrieron el Garrahan para visitar a otros chicos, era el sanjuanino el protagonista esa tarde el viernes pasado, por pedido expreso del presidente de Boca, Jorge Amor Ameal. Y durante la sorpresa, con los jugadores estuvieron también los médicos Horacio Vogelfang y Gerardo Naiman, quienes habían operado al niño.

