La decisión del presidente Mauricio Macri de designar a dos miembros de la Corte Suprema ayer dividía aguas: por un lado, generó el rechazo de la oposición y de dirigentes de Cambiemos, mientras que los miembros del máximo tribunal recibieron con beneplácito estos cambios.

La decisión del mandatario de designar a los jueces Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz para integrar la Corte Suprema fue defendida ayer por funcionarios, dirigentes del PRO y el radical Ernesto Sanz, pero fue duramente cuestionada por sectores tales como el Frente para la Victoria (FPV).

El decreto presidencial configura ‘una decisión de otro siglo propia de dictadores’, dijo la diputada kirchnerista Juliana Di Tullio (FPV), en cuanto a las designaciones conocidas el lunes pasado. Desde el PRO (el partido fundado por Macri), el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, afirmó que las designaciones por decreto de dos jueces ‘en comisión‘ para integrar la Corte ‘deberían ser leídas como un paso fundamental para la independencia de la Justicia‘. La vicepresidenta, Gabriela Michetti, aseguró que ‘Macri no elude al Parlamento, los jueces serán miembros definitivos si el Parlamento así lo decide‘.

La decisión del presidente levantó polvareda en el propio radicalismo (UCR), principal socio del PRO en el frente Cambiemos, donde el diputado Ricardo Alfonsín sostuvo que el decreto ‘deja mucho que desear en términos de legitimidad republicana y política‘, mientras que el senador Julio Cobos calificó al hecho como ‘innecesario‘. Desde ese mismo espacio, el ex ministro de Justicia y ex diputado nacional Ricardo Gil Lavedra, advirtió que Macri ‘sienta un precedente muy funesto, porque cualquier presidente podría durante el receso nombrar jueces, y al año siguiente, durante otro receso, podría volver a nombrarlo, y así tendría jueces suyos todo el tiempo‘.

Estas designaciones fueron consideradas por agencias nacionales internacionales como el primer temblor político de Macri tras nombrar por decreto a dos jueces de la Corte, una fórmula que no se utilizaba en democracia en Argentina desde el siglo XIX.

La última vez que se utilizó el mecanismo fue en 1862 cuando Bartolomé Mitre era presidente.

Los excandidatos presidenciales Sergio Massa (UNA) y Margarita Stolbizer (Progresistas) calificaron como ‘horrible‘ y ‘terrible‘ la decisión. El ministro de Justicia, Germán Garavano, explicó que ‘el Presidente optó por resolver esto de un modo rápido para también aventar todos estos intentos de nombres o de generar acuerdos sobre una cosa tan trascendente‘, aunque reconoció que la maniobra ‘es totalmente inusual‘.

Aseguró que ‘es un mecanismo que prevé la Constitución‘ para casos en que el Congreso está en receso, y recordó que se trataba de ‘un pedido‘ expreso del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, luego de que ese tribunal quedara reducido a tres miembros.

El radical Ernesto Sanz argumentó que ‘el presidente Macri asume sin mayoría, y tiene todo el derecho de ir construyéndola, y eso es un gran desafío político en la Argentina‘.

Para la jefa del GEN, Stolbizer, ‘esto es un terrible retroceso institucional‘, ‘ni Cristina Fernández de Kirchner se animó a tanto‘. Al asegurar que los supremos expresaron su ‘beneplácito‘ por las personas designadas, Lorenzetti confirmó que se le tomará juramento a los designados magistrados por decreto. El tribunal deberá coordinar con Rosatti y Rosenkrantz el momento de la jura, y ambos estarían en condiciones de participar en el próximo acuerdo, previsto para el martes que viene.

DyN, Efe y Télam