‘No nos daba el presupuesto para salir de la provincia. Y como para nosotros lo que importa es sacar a los chicos, decidimos venir en carpa‘, dijo Carlos Ibáñez, que con su familia acamparon en el camping de ATE.
Infaltables
La mayoría de las familias coincidió que el repelente, el protector solar y el mate son las tres cosas que no se pueden olvidar a la hora de acampar. En cuanto a la diversión, otros dijeron que es importante llevar equipos de música y pelotas para jugar con los chicos y los grandes.
Al igual que ellos muchas familias más optaron por la misma forma de descansar, por cuestiones económicas. Es que acampar en un camping cuesta por día desde 100 pesos. Si bien hay lugares en los que sólo se paga el valor de la carpa una vez y el resto de los días entradas, o viceversa, hay variantes desde los $100 hasta los $162 por persona. Esto si los que acampan no son socios, ya que si lo son el costo es mucho menor.
Con pavas eléctricas, microondas, ventiladores y hasta los equipos de música, las familias o grupos de amigos buscan la forma de estar cómodos y disfrutar de las vacaciones gasoleras. Las conservadoras llenas de comida, los canastos de mimbre con aceite, sal y hasta el jabón para lavar la ropa son algunas de las postales comunes que se ven junto a las carpas, en los espacios verdes de los complejos.
Compras diarias
Si bien llevan mucha de la comida desde la casa, la carne y el pollo son alimentos que compran diariamente. De esa tarea generalmente se encargan los hombres de los grupos. La mayoría dijo que generalmente hacen una compra diaria y llevan lo del almuerzo y la cena.
‘Para ahorrar dinero traemos muchas cosas que tenemos en la casa. Nos dividimos y trajimos arroz, fideo, harina y salsa para cocinar‘, dijo Alicia Rodríguez, una de las mujeres que estuvo hasta con sus bisnietos, en el camping de Rivadavia.
Y si bien gran parte de los días la comida también es gasolera, siempre hay un día que llega el asado o el pollo a la parrilla. ‘Ese día el presupuesto se nos eleva, pero es un permitido‘, dijo entre risas Jorge López, que acampó con su familia y la de sus hermanos en el camping de UDAP.
LAS FAMILIAS