En febrero pasado, un equipo ruso eligió San Juan para realizar un experimento que busca analizar el cielo de todo el planeta e instaló parte de sus equipos en el observatorio Cesco, en Calingasta. Esa elección está dando frutos: desde allí ya se descubrió unos 30 planetas de otros sistemas solares, que se suman a los 1.000 que ya habían detectado en el resto del mundo. Además, detectaron explosiones de rayos gamma y asteroides.
“El 10 de febrero pasado inauguramos los equipos de la red Master, que está conformada por unas 10 cámaras que analizan el cielo. Casi todas están en Rusia, la de Calingasta es la única de Argentina y ahora están por colocar una en España. Estos equipos permiten que una sola red estudie los hemisferios Norte y Sur, cuando todos los otros experimentos que existen los analizan por separado”, explicó Hugo Levato, del Instituto de Ciencias Astronómicas, de la Tierra y del Espacio (Icate). Y agregó que “a través de las imágenes captadas desde el Cesco ya se realizó 40 comunicaciones internacionales que dan información sobre la detección de diversos objetos”.
Entre ellos se descubrió planetas de otros sistemas que, desde la Tierra, se ven como estrellas. Antes esos descubrimientos se realizaban con satélites. Pero, al encontrarlos con cámaras como las que hay en el Cesco, ahora el análisis es más preciso. “Una vez que se comunica el descubrimiento se les coloca nombres. Para eso se usa el nombre de su sol seguido de la letra “a”, si es el primer planeta detectado, “b”, si es el segundo, y así sucesivamente”, explicó Levato.
Además, se detectó decenas de explosiones de rayos gamma invisibles al ojo humano y se pudo determinar de qué galaxias provienen. Así se puede descubrir qué objetos concentran la mayor cantidad de energía.
Sumado a eso detectaron asteroides y ya analizan sus movimientos para ver qué posibilidades hay de que impacten contra la Tierra.
Teniendo en cuenta estas condiciones, el astrónomo destacó que los resultados de la observación del cielo desde San Juan superó las expectativas que plantearon cuando los especialistas rusos eligieron trabajar desde suelo calingastino. Así, el experimento continuará tal como se está desarrollando.

