Los gritos de aliento y euforia fueron ensordecedores. Ni siquiera permitían que se escuchara la voz del locutor encargado de dirigir el evento, pese a usar micrófono. Esto sucedió ayer en la primera fiesta para egresados 2019, que organizó el municipio de Rivadavia y que tuvo como protagonistas a los alumnos que cursan el último año del secundario en las escuelas del departamento. Unos 700 chicos participaron de esta fiesta que se realizó en el Parque de Rivadavia y en la que hubo un desborde de locura y diversión.
El griterío tenía un objetivo principal: alentar a cada uno de los compañeros que participaron de los diferentes concursos. Es que la escuela que más pruebas ganara y puntaje acumulara se llevaría un premio de 15.000 pesos.
Fue tal el bullicio y desenfreno de los chicos que los vecinos llamaron a la Policía quejándose por ruidos molestos. Por esta razón los jóvenes tuvieron que dejar de tocar los bombos, redoblantes, cornetas y trompetas hasta pasadas las 18, hora en que los vecinos terminaran de dormir la siesta. Pero este impedimento no les opacó la jornada ni los desanimó. Optaron por alentar a los competidores con gritos, papeles de colores y agitando las pancartas que llevaron para identificarse.
Y redoblaron la apuesta cuando subió al escenario la primera banda musical. En ese momento estalló la locura. Los estudiantes comenzaron a saltar y a bailar hasta en las tribunas. Esa escena se repitió en cada uno de los espectáculos musicales que hubo durante el evento.
Tras el show musical, hubo más concursos. Los chicos volvieron a centrar sus gritos y aplausos para alentar a sus compañeros que participaron de la competencia del mejor disfraz que tuvo hasta una orden de helado de regalo para los participantes.