La consigna de Salud Pública provincial es que no hay que esperar a tener el mosquito para actuar, y con ese mensaje el cementerio de la Capital tomó una medida de prevención: reemplazar el agua de los floreros que hay en los nichos por arena húmeda para evitar la propagación del mosquito del dengue. Será el primero -según dijo su director, Luis Esquivel- en aplicar la idea a partir de la semana que viene y el objetivo es que este nuevo sistema se aplique en todos los cementerios de la provincia.
Lo que se hará es poner a disposición de los visitantes bolsas de polietileno con arena en la puerta del cementerio y en su interior, sobre todo cerca de los surtidores, explicó el director. Así, en lugar de poner agua en los recipientes para las flores, se pondrá arena humedecida con un poco de agua.
Esta campaña, incluida en el marco del programa de prevención del dengue, largará la semana que viene, según anticipó Esquivel. "Pegaremos afiches y pondremos a todo el personal al tanto para que informe a la gente. Lo que buscamos es hacer una campaña que no sea agresiva", dijo. Eso porque se tratará de un cambio de hábitos que necesitará de mucha educación para modificarlos.
Y la medida hasta tiene sus ventajas. "Nosotros hicimos la prueba y las flores duran mucho más en arena que en agua. En agua duran una semana y en arena fina mojada, dos y media, y no se pudren", comentó un florista que vende en la puerta del lugar.
Al plan se le sumó la colocación de ovitrampas en diferentes puntos del cementerio, que hizo Salud Pública, para determinar el tipo de mosquitos que se encuentran en la zona. Esos sondeos se realizarán durante todo el verano. Según Esquivel, el mismo procedimiento ya se está aplicando en los cementerios del Norte del país y desde allí llegó la iniciativa hasta la provincia.
Esto será parte de las prevenciones que ya se está empezando a tomar en los municipios, como en el de Santa Lucía, que ya lanzó su operativo de descacharrado y desinfección en los barrios.

