Ya hace más de un año que ese cadáver permanece en la morgue y todavía no saben si es o no Valeria Searez. La causa judicial la lleva adelante el juez Leopoldo Zavalla Pringles, del Primer Juzgado de Instrucción, quien recién en noviembre pasado envió las muestras del perfil genético de Irma Lozada y otros de sus hijos para hacer la prueba de ADN con los restos de la fallecida, denunció la familia. Nadie explica a qué se debió la demora, ya que el cadáver fue encontrado el 25 de noviembre de 2010 y desde un primer momento se sospechó que podría ser Valeria Searez. Como no pudieron identificarlo a través de un reconocimiento en la morgue, el forense solicitó la prueba de ADN y entonces tuvieron que esperar la orden del juzgado para hacer los exámenes. La única perjudicada en todo esto es la familia de la joven caucetera que vive con la incertidumbre de no saber si se trata de la misma persona.
