Las épocas de esplendor quedaron atrás. De ser uno de los atractivos del Parque de Mayo, de convertirse en protagonistas de postales familiares a la orilla del lago, los peces que habitaban el lago hasta el año pasado aguardan por su destino. Algunos ya fueron liberados, otros murieron, otros fueron adoptados por nuevos dueños y ahora algunos se convertirán en una especie de conejillos de indias. Y es que quieren sembrar un grupo de ejemplares en las lagunas artificiales de la planta cloacal de Rawson, como indicadores de contaminación, según anunció el titular del Instituto Hidrobiológico, Cristian Quiroga, una repartición que depende de la Secretaría de Ambiente de la provincia.
Al Hidrobiológico mandaron los peces el año pasado, tras ser sacados del lago cuando hicieron la histórica limpieza. Fueron unos 2.000 ejemplares, de los cuales quedan poco más de 1.000, informaron. Entre los que están, llevarán algunos a las piletas de la planta cloacal del Cerrillo Barboza. "Estas carpas son buenos indicadores de contaminación, ya que son muy resistentes y logran adaptarse a distintos hábitats. Si las sembramos y se van directamente al desagüe que llega al arroyo, quiere decir que el nivel de oxigenación del agua no es el óptimo y tendremos que hacer otro tipo de estudios. Por el contrario, si se quedan, se cumple perfectamente con el tratamiento de los líquidos", dijo Quiroga.
La planta tiene una superficie de terreno de 415 hectáreas y está conformada por cinco series de lagunas facultativas, estación de bombeo y laboratorio de control de calidad. El líquido egresa de las lagunas tratado, con un 90% de limpieza, para luego descargar en el Arroyo de Agua Negra. El funcionario dijo que dentro de dos semanas comenzarán a trabajar en la siembra y que quieren colocar de a 40 peces por semana. "Podríamos sembrar más, pero los peces son de gran porte y el traslado es complicado. Este procedimiento no es letal para los peces, de lo contrario no lo haríamos, ni quiere decir que la planta genere contaminación. Es sólo una prueba piloto, que de paso nos permitirá hacer monitoreos periódicos", indicó Quiroga.
Cuando concluyó la limpieza del lago, la autoridades decidieron sembrar nuevas especies y los que habían sacado fueron regalados en primera instancia, pero sólo a aquellas personas que tuvieran reservorios, mientras que otros son liberados periódicamente en las lagunas que rodean al Hidrobiológico. "La donación de los peces fue mal interpretada. Vino muchísima gente que creía que se los podía llevar para comer y hubo personas que los pedían en filet y hasta venían con la bolsita", recordó Quiroga. Si bien el Hidrobiológico no tiene la función de custodiar peces adultos, sigue cuidando a los ejemplares que sacaron del Parque, incluso pese al alto costo, ya que los más de 1.000 animales consumen una bolsa de alimento balanceado de 15 kilos por día.
