La faena primordial en Argentina es que los soldados cibernéticos logren mediante presión y agitación constantes, que se implemente una ley de medios, detenida por la Justicia, para vengar al "culpable de todos los males" del país, el multimedios Clarín.
Advertidos de la importancia de Internet y las redes sociales en el debate político moderno, los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Chávez han desenpolvado métodos arcaicos de agitación y propaganda ideológica aplicándolos al ciberespacio para neutralizar críticas, combatir a opositores y crear opinión pública favorable.
Aún en los nuevos medios, estos gobernantes siguen manejando los métodos tradicionales de agitación política que florecieron en las corrientes nacionalistas del comunismo, nazismo o fascismo, con los que se sembraba el odio y buscaba someter y acobardar a los ciudadanos mediante burla, insulto y descalificación personal. Ahora como ayer, la propaganda suele usarse para polarizar y dividir; reducir la discusión sobre una plataforma política a una rivalidad personal; distraer con enemigos comunes, así sea el "imperio" o los "malditos medios de comunicación"; y responsabilizar sin razón a cualquiera que opine diferente, inhabilitándole por "golpista".
Los jóvenes que ayer eran contratados o manipulados para arengar y tirar piedras en marchas callejeras, son los mismos que hoy, muchos en forma anónima, como los "cibermilitantes" argentinos, pululan en blogs y redes sociales insultando y desacreditando a quienes critican a sus amos. Sin timidez, el jefe de gabinete argentino, Aníbal Fernández, prometió apoyo económico a sus propagandistas, un aguerrido grupo de "blogueros K" que defienden la causa kirchnerista, algunos por convicción otros por necesidad, cuya misión es contrarrestar la mala imagen que Cristina y Néstor Kirchner tienen en las redes sociales.
Como tarea cotidiana, los cibermilitantes deambulan en la blogósfera apagando incendios. Bien pueden dedicarse a reclutar simpatizantes para contrarrestar a los 250.000 que reunió en Facebook el grupo
Así como en Buenos Aires la lucha se centra contra los "desestabilizadores" Clarín y La Nación, en Caracas el "enemigo golpista" son RCTV y Globvisión. El gobierno venezolano ante el problema de un movimiento universitario fuerte, independiente y hábil en el manejo de las redes sociales, lanzó la "guerrilla comunicacional", un grupo de estudiantes entre 13 y 17 años, cuyo fin es crear divisiones en las bases estudiantiles y contrarrestar los "ataques de los medios privados", a través de mensajes de texto, blogs, redes sociales, volantes y murales callejeros, contra quienes "acosan a la revolución bolivariana".
Esto implica la manipulación ideológica de los niños, justamente cuando Chávez critica los "juegos capitalistas" de Playstation por envenenar la mente de los chicos y justifica el cierre de medios por no respetar el horario de protección al menor. El adoctrinamiento de los niños como "guerrilleros" o su integración a las milicias ciudadanas, a semejanza del castrismo, demuestra cómo Chávez sabe utilizar la propaganda para ponderar a la revolución como bien supremo.
Kirchner y Chávez pretenden el éxito del precursor de la propaganda política en la web, Barack Obama. Pero no han entendido que ese éxito no sólo consiste en acopiar simpatizantes, sino también en informar con objetividad y respetar a los adversarios.
"KIRCHNER Y CHÁVEZ han adoptado sólo un rasgo de la propaganda, la agitación, como método para mantener aceitada una maquinaria y perpetuarse en el poder sin importar los medios para lograrlo".
