El proyecto de Eduardo Bustelo, que tiene como coautores a Cristian Morales, Carla Muñoz y Gastón Díaz (en la foto, cuando fueron a presentar la iniciativa a la Escuela Industrial), establece que el voto para los chicos de 16 y 17 años sea voluntario. Implica que no será concebido como una carga pública y no habrá sanciones para los adolescentes que no pasen por el cuarto oscuro.
A nivel nacional, el proyecto kirchnerista también establece que sea voluntario. En las filas oficialistas se propuso que fuera obligatorio, pero quedó como estaba inicialmente.
El voto seguirá siendo obligatorio para los de 18 años o más. Y cuando los menores cumplan la mayoría de edad, quedarán comprendidos en ese mismo lote. Para ellos sí hay contempladas sanciones económicas en el Código Electoral en caso de pegar un faltazo a las urnas, aunque los montos están sumamente desactualizados y en la práctica nunca se aplica.