San Juan, 17 de noviembre.- Mientras todos los fanáticos contaban sus anécdotas en la primera jornada del encuentro de motos Vespa en la provincia, se escuchaba la voz de una persona que resaltaba. No por ser grave o aguda, sino porque llegaba a los oídos de los presentes en otro idioma, totalmente distinto al castellano. De todas maneras, Gernold Tannwalder también maneja el inglés, por lo que la comunicación finalmente pudo hacerse un poco más fácil, agregando también algunas señas.
DIARIO DE CUYO ONLINE pudo dialogar con este vespista austríaco que no para de contar anécdotas relacionadas a los ciclomotores italianos. Gernold cumplió 40 años la semana pasada en Buenos Aires y desde hace 24 que mantiene la pasión por las Vespa. Precisamente en la Capital argentina se enteró del encuentro que había en la provincia, al que decidió asistir sin haberlo pensado demasiado.
Este fanático llegó a San Juan en una Vespa Súper Sport 300 modelo 2012, es decir la última fabricación de Piaggio. El vehículo no sólo llama la atención por su color naranja, sino también por la cantidad de bolsos que carga, algo que tiene una explicación. “Mi Vespa es mi novia, voy a todos lados con ella. Desde acá pienso irme a Chile, después a San Martín de Los Andes y a Ushuaia. Pienso llegar hasta Jujuy y recorrer Paraguay y Uruguay”.
Pero esos no son los únicos lugares que se encuentran entre los destinos de Gernold. Ya visitó casi toda Europa en moto, haciendo escala en la fábrica de Piaggio para deleitarse con sus “joyas”. Fue desde Austria a Pakistán en una Vespa modelo ’72, recorrió Ecuador, Colombia y otros países caribeños con el mismo objetivo: pasear junto a su “novia”.
El austríaco contó que en su país hay más 30 clubes aficionados a las “máquinas” italianas y que son “muy fanáticos” por este tipo de vehículos, tal es el caso que él posee cuatro motos. Además, dijo que a la hora de trasladar el ciclomotor de un continente a otro, lo hace vía aérea, mientras todos los viajes los hace con ella.
Para finalizar, Gernold habló de San Juan y dijo que le gusta mucho la amabilidad de la gente, las mujeres y el clima, ya que en Austria las temperaturas son “demasiado bajas”. De todos modos, y a pesar de encontrarse en la tierra del vino, el vespista deslizó que prefiere una cerveza bien helada, al justificar que proviene de un país súper cervecero.
