Los destrozos que los “hermanitos” hicieron en la casa (rompieron cámaras, micrófonos, picaportes y luces en sus ya clásicas guerras de almohadas; y también jugaron con encendedores y aerosoles) tuvieron consecuencias: ahora se estudian las sanciones, que podrían ir por el lado de la reducción del presupuesto (lo dejaron a consideración del voto telefónico). Pero los muchachos no son los inocentes de antes. Ahora la tienen re-clara y obran en consecuencia. Reclaman derechos (comida, entretenimiento y asistencia médica, los puntos más calientes) y hacen su juego. Tanto así que no sólo lograron bajarle un par de cambios a Rial con su posición contestataria (primero los trató de vándalos y terminó en tren de “comprensivo”); sino que hasta se habló de boicot: barajaron la idea de convertirse en “plantas”, esto es, no generar nada interesante para la dinámica de Gran Hermano, a modo de escarmiento. Luego del fuego cruzado, llegó el turno de la segunda eliminación: Ariana (foto). Programa picante, el envío anotó 21,3 puntos de rating en la gala, y 11.7 en la trasnoche del domingo, alzándose como lo más visto del día.