El busto de José González Carvalho tiene la cabeza destrozada, el de Ricardo Gutiérrez tiene desprendida la cabeza del cuello, al de Carlos Guido y Spano le partieron el rostro y el pecho, mientras que el de Evaristo Carriego directamente fue decapitado. El recorrido por el Jardín de los Poetas, en Rivadavia, se convierte en un paseo de la indignación y la incomprensión para los visitantes del lugar, que descubren con tristeza el daño que la gente produjo en el lugar. En las últimas tres semanas, según informaron quienes limpian el predio, los vándalos rompieron 18 de los 37 bustos, de los cuales cuatro fueron destrozados.
Si bien históricamente estos bustos sufrieron daños, el 18 de octubre del año pasado habían sido arreglados para la ceremonia de colocación de las últimas dos estatuas, las de Ofelia Zúccoli de Fidanza y de José Pepe Campus, que de paso tampoco se salvaron de los daños. Es que la de Zúcoli sufrió rayones con fibra negra, mientras que la de Camus presenta roturas en la nariz y los labios.
‘Es un problema social, un problema cultural muy grave. Vamos a mejorar la iluminación y repararemos las estatuas las veces que sea necesario, porque no podemos poner serenos por cada busto. Cómo hacerle entender a la gente que esas estatuas son patrimonio de todos’, expresó Juan Carlos Allayme, secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Rivadavia.
Los otros bustos dañados son los de Héctor Blumberg (le falta la nariz), José Tallón (presenta orificios en el pecho, nariz rota y labios pintados de color rojo), Domingo F. Sarmiento (labios pintados), Francisco Merino (nariz y labios rotos), Juan de la Torre (nariz y orejas dañadas y labios pintados), Horacio Videla (parte frontal dañada), Belisario Roldán (roturas en oreja, nariz y bigote), Eusebio Dojorti (le falta una oreja y tiene la nariz y los ojos rotos), Miguel Martos (le falta la nariz), José Hernández (sin nariz), Antonio Aguilar (todo el rostro mutilado y le falta un sector lateral de la cabeza) e Hilario Ascasubi (sin nariz).
Al pie de algunos bustos hay grandes piedras lajas, aparentemente usadas como herramientas de destrucción, mientras que los vándalos también rompieron una farola y tampoco se salvó de los daños la estatua de Federico Cantoni.
Desde 1998, cuando lo reinauguraron luego de años de abandono, el Jardín de los Poetas sufrió al menos cuatro hechos muy graves de vandalismo, que obligaron a reparaciones o restauraciones como las que tendrán que encarar con este último hecho.

