Mientras a uno, hace varios años, lo usaban como palenque, pero para atar autos, a otro lo siguen disfrazando para las fechas patrias. Y a pesar de que ambos son un obstáculo, nadie protesta para que los saquen. Se trata de árboles que se encuentran en medio de algunas veredas de la ciudad, fuera de la línea del arbolado público. Son varios, pero 4 de ellos tienen su propia historia.
Por unos 6 metros, el ancho de la vereda del colegio El Tránsito de Nuestra Señora se reduce a la mitad. Y por culpa de 4 pinos que están, uno al lado del otro, en medio de la misma. Ninguno de los vecinos recuerda desde cuándo están ahí, pero aseguran que hace más de 30 años. Época en que todavía no se hacía esa vereda ni se plantaban árboles siguiendo la actual línea del arbolado público. Y en la que uno de los vecinos, por la noche, ataba en los pinos su Citroën 3CV para que no se lo robasen.
Nadie sabe tampoco desde cuando data el palo borracho que se encuentra en medio de la vereda de la calle General Acha, llegando a Córdoba. Pero todos lo conocen, y no por tratarse de un estorbo. Las maestras y alumnos del jardín maternal que está justo en frente del mismo, lo disfrazan para cada fecha patria. Este árbol ya personificó a la patria para el Día de la Independencia y a una negra mazamorrera para el 25 de Mayo.
Igual de atractiva resulta la palmera que está en medio de la vereda Sureste de calles Mendoza y Libertador. Está justo en la esquina, dejando libre sólo el espacio destinado a las rampas para discapacitados. El municipio de Capital le colocó una reja alrededor para protegerla y para crear un paisaje en plena ciudad. El objetivo dio resultado. Es común que la gente se pare junto a este árbol para tomarse fotos.
Una historia diferente es la de un Siempreverde que desde hace 2 meses está en medio de la vereda Norte de calle Manuel Belgrano, entre General Acha y Mendoza. Fue plantado por la misma mujer que hace 20 años puso un cerezo en ese mismo lugar. Se trata de Cristina Franza que hasta pidió asesoramiento sobre qué tipo de árbol plantar para no “arruinar” la acera.
“Como cuando me mudé hace 20 años a este lugar, el frente de tres casas no tenían árboles. Se me ocurrió plantar un cerezo que tenía, y lo más cerca posible de la casa para que diera sombra -explicó esta vecina-. Pero hace dos meses le entró un virus y se secó. Inmediatamente busqué otro árbol para reemplazarlo. En el vivero me aconsejaron un Siempreverde que no pierde las hojas, por lo tanto no ensucia, no crece demasiado y tiene las raíces cónicas por lo que no hay peligro de que levanten la vereda. Yo misma me encargo de regarlo”.
Como estos árboles están fuera de la línea del arbolado público y no les llega agua, son los propios vecinos quienes los riegan. Todos están en excelente estado y, como los frentistas no se han quejado por su ubicación y pedido que los saquen, desde el municipio de la Capital dijeron que no hay motivos para talarlos.