El histórico coleccionista explicó que en Argentina existe una ley que establece que todos los elementos minerales y paleontológicos que sean de interés para la ciencia, deben ser necesariamente utilizados para la ciencia y no para otros fines. “Esto resulta muy lógico en materia de conservación, ya que el hombre es por naturaleza un animal depredador. Sin embargo, no hay que pasarse para el otro lado y prohibir por ejemplo el ingreso de minerales al país que son de libre venta en otros países”, explicó el profesional. Y concluyó: “Si yo voy a Estados Unidos y me compro un fósil mineral que me interesa y allá ya no lo usan para estudios científicos, la aduana local me lo puede confiscar si así lo desean. Esto no tiene sentido, si en otro país ya se comercializa, no entiendo por qué no me permiten ingresarlo y poseerlo”.