La vida de Virginia Roquier parece estar en pausa desde la desaparición de su hijo Cristian Santos, de quien no se sabe nada desde abril de 2018. Hoy el chico cumpliría 27 años y ella le dedicó unas sentidas y tristes palabras en su cuenta de Facebook.

"18 de agosto, hoy cumplis 27 años mi vida, el dolor más grande es no poder festejar tu cumple, darte tu regalo, darte ese beso y abrazo decirte feliz cumple!!! (sic)", comienza el posteo. "Peor aún es no saber dnd estas, como estas…. hay días q siento q me derrumbó, siento q no doy más, llorar a escondida para demostrar q soy fuerte, sufrir x dentro….(sic)", sigue.

Y termina: "te extraño mucho.. ya no sber q más hacer.. solo seguir confiando en Dios…. FELIZ CUMPLE HIJO (sic)".

Cristian Santos está desaparecido desde el 10 de abril de 2018. Ese día, el chico neuquino que vivía en San Juan salió de una consulta en el Hospital Rawson, cruzó a la Terminal, se subió a un colectivo con destino a Mendoza y desde entonces no se supo más nada de él.

En una nota que brindó Virginia a este diario cuando se cumplieron 4 años de la desaparición, dijo que "mi miedo es que mi hijo esté en una red de trata y no pueda salir". "No pierdo las esperanzas, siento que está vivo. Cómo y dónde, no sé. Yo sé que si él estuviera bien buscaría la forma de comunicarse conmigo, nunca fue de irse sin decirme nada. Siento que donde está lo tienen mal, contra su voluntad", había expresado aquella vez.

A continuación, 6 enigmas de un misterioso caso:

1. ¿Enojado?

Cristian Santos se había venido de Neuquén a San Juan en septiembre de 2017, aproximadamente 7 meses antes de desaparecer. Aquí ya estaba radicada su madre, Virginia Roquier, junto a su pareja, Hernán Espinoza (padrastro del chico). Cuando llegó, Cristian se instaló con ellos en su casa de Marquesado, Rivadavia, y posteriormente entró a trabajar en una tienda del microcentro. A fines de marzo de 2018 pidió 15 días de licencia porque había comenzado a atravesar una especie de crisis nerviosa. 

Ese 10 de abril, día que desapareció, fue al Hospital Rawson a ver a su psicóloga, ya que el día anterior le habían llamado de la Policía de Neuquén, donde se había inscripto para entrar, para informarle que debía presentarse a un examen psicológico.

Cristian fue a la consulta para saber si su psicóloga le daba el visto bueno, pero le recomendó no viajar. En ese momento él estaba haciendo un tratamiento por su adicción a las drogas. ¿Cómo salió del hospital? ¿Se había enojado? La psicóloga declaró que a pesar de ese revés lo vio salir bien, tranquilo, y que nunca le mencionó nada sobre irse.

2. ¿Acompañado? ¿Perseguido?

Las cámaras de seguridad de la Terminal de Ómnibus de Capital registraron a Cristian en el lugar, cuando abordaba un colectivo de larga distancia de la empresa San Juan Mar del Plata con destino a Mendoza. El micro salió a las 14.

Las cámaras muestran al muchacho cerca de otro chico, pero nunca se pudo establecer si efectivamente era alguien que lo acompañaba. Su madre dijo a este diario que, de acuerdo a los gestos y movimientos que Cristian hace con su cuerpo, lo nota "perseguido", como si tratara de escapar.

La familia denunció que nunca se investigó a fondo esta parte del caso. Reclamaron que, por ejemplo, los pasajeros nunca fueron entrevistados para saber si podían aportar algo de interés para la pesquisa.

3. Mendoza, una pérdida de tiempo

El día que desapareció, en teoría luego de la consulta con la psicóloga Cristian debía ir a ver a su psiquiatra. Se desocupaba a eso de las 12.30 y una hora después llegaría a su casa. Eso había quedado con su madre. Al no llegar, Virginia comenzó a llamarle por teléfono, pero daba apagado. Sus contactos dijeron que no lo había visto.

La familia esa tarde empezó a recorrer el centro de San Juan y a las 10 de la noche, más que preocupados, fueron a la entonces comisaría 1ra, para preguntar si tenían alguna información y para hacer la denuncia.

Recién el 14 de abril fueron notificados de la existencia de registros que habían captado cuando se iba rumbo a Mendoza en colectivo. Entonces Virginia, su pareja y otros familiares de Neuquén se fueron todos a la vecina provincia. Estuvieron todo un fin de semana buscando respuestas, preguntando a personas en la Terminal de allá, consultando en comisarías de la zona. Pero todo fue una pérdida de tiempo, porque se volvieron con las manos vacías.

La bronca de Virginia es que hasta el día de hoy nunca pudo acceder a los registros de las cámaras de la Terminal mendocina, pese a todos los reclamos. La mujer dijo que se sintieron discriminados y que -por el destrato que recibieron- pudo comprobar la "rivalidad" que hay entre mendocinos y sanjuaninos.

4. Travestido y prostituyéndose

La madre afirma que hace un tiempo le llegaron mensajes que aseguraban que Cristian estaba en Mendoza, travestido y prostituyéndose. Le dijeron además que se había sometido a cirugías para tener cuerpo de mujer. Y que esa "transformación" a la que había accedido la tenía que "pagar" a través de la prostitución. El dato parecía certero, pues hasta le brindaron la supuesta nueva identidad con la que se movía: Sofía León.

Virginia inició una investigación propia en Mendoza. Ingresó a boliches gays, concurrió a zonas rojas, habló con personas de la comunidad trans, pero no obtuvo respuestas. Es por eso que hasta el momento esa hipótesis sigue siendo un misterio.

5. ¿Red de trata?

"Mi miedo es que esté en una red de trata y no pueda salir", dijo Virginia en la nota que brindó en abril pasado. Y agregó: "No pierdo las esperanzas, siento que está vivo. Cómo y dónde, no sé. Yo sé que si él estuviera bien buscaría la forma de comunicarse conmigo, nunca fue de irse sin decirme nada. Siento que donde está lo tienen mal, contra su voluntad".

Ahora la pesquisa está en manos de la Policía Federal Argentina (PFA), ya que se sospecha que efectivamente podría ser víctima de una red de trata.

La familia llegó a consultar a una vidente, quien aseguró que Cristian está siendo explotado por una red dedicada a ese negocio negro.

6. ¿Por qué?

La familia del muchacho dice que no tenía motivos para como para irse así, de la nada. Cuando tenía 16 años él les había dicho que era gay y en San Juan había presentado en su casa a amigos/parejas. Su madre afirmó que nunca tuvieron reparos respecto a su elección sexual, una realidad que ocurre en otros casos.

Cristian al momento de desaparecer estaba haciendo un tratamiento por su adicción a las drogas. Días antes de ese 10 de abril no mencionó nada, ni dejó señal alguna.

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