Mayor enemigo Según comentó Juan Pablo Sisterna lo que mayor complicaciones les trajo a él y a su papá fueron los guadales, en Perú. Son montículos de un metro de tierra de alto, donde el buggy no puede traccionar bien. “Eran un calvario”, tiró, sonriente. Locos sueltos Previo al día de descanso del Dakar, en el desierto chileno, los Sisterna se cruzaron con José Luis y Marcos Di Palma, que andaban perdidos en la arena. Los Sisterna eligieron dormirse en el buggy, pero los hijos del Loco prefirieron seguir igual. Un sommier La primera vez que los Sisterna durmieron en el buggy en el desierto, los encontró sin carpa ni bolsa cama. “Del cansancio que tenés, no importa que sean asientos duros, ni que tampoco se reclinen ni un poquito”, explicó Juan Pablo. Alimentos Antes de cada etapa la organización te da una bolsita con conservas de arroz, papas fritas, pasas y bebida. Según contaron los Sisterna, en las primeras etapas resulta algo muy lindo, pero después termina cansando.
