El trayecto fue corto, pero lo suficiente para que expresaran libremente su alegría con cantos, bailes y gritos. Fueron los 1.400 chicos de diferentes provincias que participaron del Congreso Nacional de Niños y que ayer protagonizaron una caminata desde el Predio Ferial hasta el Auditorio Juan Victoria para cerrar el evento. ‘Yo no me quiero ir’, dijo uno de los niños de Misiones antes de que diera inicio la caminata. Ese comentario bastó para que sus compañeros de procedencia y chicos de las demás provincias comenzaran a saltar y gritar para tener una despedida inolvidable.
La marcha comenzó a todo ritmo. Varios de los chicos usaron botellas plásticas y palos de madera para hacer ruido, en tanto que otros tocaron batucada desde el comienzo hasta el fin de la caminata. Y lo que no tenían ningún implemento para hacer sonar, decidieron hacer palmas, corear el nombre de su provincia o bailar al ritmo de los redoblantes. Otros protagonistas en la caminata fueron los títeres gigantes que los chicos hicieron con sus propias manos durante las jornadas recreativas del Congreso. Estos muñecos, portados por los niños de las diferentes provincias, también se agitaron al ritmo de la música durante todo el trayecto, resaltando aún más el color. Pese al calor que se hizo sentir cerca del mediodía, ningún chico se quedó sin saltar ni bailar, incluso con pequeñas coreografías improvisadas en el momento. Esto contagió el entusiasmo a los adultos que los acompañaban y que también saltaron sin descanso. Los más entusiastas fueron los provenientes de otras provincias que también quisieron tener una despedida inolvidable.
La caminata no fue muy extensa, (duró menos de 15 minutos), pero tuvo un cierre festivo y ruidoso. A la entrada del Auditorio Juan Victoria, y a la espera de ingresar a la clausura oficial del Primer Congreso Nacional de Niños y del V Congreso Mundial para los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, los chicos formaron una especie de ronda para seguir bailando al ritmo de la batucada.

