En la sala de espera. La galería de la casa de don Lorenzo Godoy es usada como sala de espera. Ahí hay desde una chimenea con cuadros hasta la manguera con la que el hombre riega su jardín. 

 

La casa de don Lorenzo Godoy, un vecino de la Villa Mariano Moreno, está casi todos los días llena de gente. Esto no es porque recibe visitas diariamente, sino que el hombre la prestó para que funcione el Centro de Salud Mariano Moreno, que fue cerrado por remodelaciones en diciembre pero al poco tiempo la obra se frenó. La solidaridad del hombre llegó a tal punto que prestó su cuarto para que lo conviertan en un consultorio y él se mudó a la habitación de su hijo que trabaja en las minas. Ahí, los médicos atienden hasta a algunas embarazadas. En este contexto, los vecinos y los mismos profesionales del centro reclamaron ya que el uso de la casa del vecino para la atención iba a ser provisoria, pero ya llevan 4 meses y calculan que estarán mucho tiempo más. Es que la obra está abandonada, desde el mismo mes en que arrancó la remodelación. Además de la casa del vecino, la vecinal también prestó un salón para que atiendan otros especialistas. Desde Salud Pública, no contestaron sobre las razones que llevaron a que la obra se pare, mientras que desde el Ministerio de Infraestructura, quien se encarga de la contratación de las constructoras, tampoco dieron respuesta. 

Los problemas en este centro de salud comenzaron en diciembre cuando arrancó la construcción de al menos dos consultorios nuevos. Ahí, para evitar que los trasladara a otras zonas y para no dejar a ese sector de Chimbas sin atención médica, los profesionales decidieron pedir prestada la casa de un vecino, que vive frente al edificio del dispensario. ‘Don Lorenzo‘, como todos lo conocen en la zona accedió y hasta cedió su habitación para que los médicos lo transformaran en consultorio. Incluso le ofrecieron al hombre pagar la boleta de luz a cambio del préstamo. Ese dinero sale de los bolsillos de los médicos. Además del cuarto, el centro de salud usa la galería de la casa de Godoy como sala de espera y la dividieron con cortinas para crear una oficina en donde hasta entregan los medicamentos a algunos pacientes. Como la casa de este vecino no era más grande y no podían usar otro cuarto, otros especialistas comenzaron a atender en el salón de la vecinal. 

Ángela Echegaray, la médica que tiene a cargo ese dispensario, contó que ellos atienden en promedio 30 pacientes por día y que hay servicios que no pueden brindar por falta de espacio o condiciones de higiene y seguridad. ‘No podemos hacer curaciones, por ejemplo‘, dijo la médica y contó que eso se debe a que no pueden instalar el esterilizador porque la conexión eléctrica de la casa de Godoy no es la óptima para este equipo. El odontólogo tampoco puede trabajar porque no pueden instalara las máquinas con las que atiende. 

‘Yo abro las puertas temprano en la mañana y dejo que ellos trabajen como si esta fuera su casa‘, dijo Lorenzo Godoy y contó que él prestó la casa pensando en la atención de todos sus vecinos. Si bien gran parte de la atención se da en la habitación de este hombre, hay otros especialistas que atienden en el salón de la vecinal, que de manera precaria fue convertido en un centro de salud. Ahí, en una galería techada, pero que no está cerrada atiende la psicóloga. Esto, porque no puede hacer las entrevistas delante de todos los demás pacientes. En otro rincón, entre un biombo y algunos muebles, la pediatra revisa a los chicos, mientras que un depósito fue convertido en una farmacia. Y si bien los médicos hacen lo imposible para atender a todos, dijeron que reciben numerosas quejas de los pacientes por la falta de estructura para la atención. 

“Entendemos a los pacientes que se quejan, pero nosotros damos lo mejor para atender”.

ÁNGELA ECHEGARAY – Encargada del Centro de Salud

Los reclamos
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Pedro Ponce – Vecino de la zona

“Yo tengo 10 nietos y a todos los atienden ahí. Es una vergüenza cómo tienen que trabajar los médicos. Nosotros nos merecemos que terminen el otro centro de salud para que todos estemos más cómodos”.

 

LUCRECIA TORRES – Barrio 2 de Abril
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“Desde hace años que nos atende­ mos ahí. Hay médicos muy buenos,  pero con eso no alcanza. Ellos tra­bajan en malas condiciones y noso­tros estamos atendidos en un lugar que no corresponde”. 

 

Ricardo Pintos – Villa Mariano Moreno
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“Si nos queremos hacer atender bien tenemos que ir a Albardón, pero allá no nos reciben. Hace meses que no tenemos un dentista que controle a los chicos, porque los médicos no tienen dónde estar”.