En un marco en el que el desarrollo minero e hidrocarburífero cobró  importancia y con un potencial geológico aún no aprovechado en su máxima expresión, la región de Jáchal e Iglesia representa un desafío más que interesante para los académicos. Esto, sumado a las necesidades económicas y sociales que aún presentan las zonas, reconfiguró un mapa de demandas. En cierto modo se hizo explícito un continuo reclamo a los claustros académicos: que la universidad abriera sus puertas y llegara a la comunidad con acciones concretas. La creación de esta nueva carrera puede ser, interpretan algunos, el inicio de ese cambio.