1: Es necesario permitirles el error a los chicos, que no tengan miedo a equivocarse.

2: Un modo de ayudar a reflexionar a los hijos es darles ejemplos claros de vivencias, como por ejemplo: "Cómo cuando vos te enojaste por tal cosa aquella vez’. Es decir revivir una anécdota o situación propia y llevarla al chico para la reflexión.

3: Ante un berrinche (que es una explosión ante lo que no se puede manejar), el niño necesita un adulto que lo contenga y sostenga el "no’ sin miedo y que le diga "esto no te hace bien’. Esto se realiza mediante un abrazo, una palabra o un beso.

4: Respetar el proceso interno de cada uno, que se genera con valores, libertad y a través de un vínculo fuerte con el chico. Ese vínculo lo es todo.

5: Esta tarea cotidiana requiere paciencia, estar atentos, mucho interés y amor. "Esto lo hago porque tengo claro que es por tu bien’.

6: Respetar las diferencias de criterios pero sin desdibujarse como padres.

7: Mantener la asimetría: el niño no necesita un adulto que se ponga en su mismo plano. Los padres tienen que ser padres, no "amigos’.