Según Aída García de Romero estos son los puntos básicos para la buena convivencia de la pareja, en vacaciones:

1-Evitar hacer planteos de pareja que no han sido charlados durante el resto del año. Es un error pensar que porque se está relajado se va a solucionar determinados problemas que durante el año se ocultaban o minimizaban por falta de tiempo. Los resultados pueden ser todo lo contrario a lo esperado. “Además un tema mal entendido o mal planteado puede traer como corolario otros temas y otras discusiones de nunca acabar”, argumenta la profesional.

2-Negociar antes de salir de vacaciones o si no se viaja, previo al receso. Es que las vacaciones implican un cambio en las rutinas y es recomendable reacomodar roles en base a las necesidades para que todos los integrantes de la familia queden satisfechos y puedan aprovechar de este momento. Por ejemplo, redistribuir las tareas de la casa para que no todo quede en manos de los adultos o lo que es peor aún, de uno de ellos. Así todos pueden descansar y pasarlo bien. Llegar a acuerdos entre todos, especialmente si en la familia hay adultos mayores, niños pequeños y adolescentes.

3-Respetar los tiempos y necesidades individuales. Incluso la posibilidad de tener ratos de soledad. Saber que las vacaciones no implican salir o estar todos juntos, todo el tiempo. Por ejemplo, aceptar que a algún integrante de la familia prefiera salir a caminar solo por la playa o quedarse todo un día leyendo, en lugar de quedarse sentado bajo la sombrilla tomando mate.

4-Intentar ser lo más realistas posibles para evitar desilusiones. No apostar a que se cumplirán todos los deseos sencillamente por ser vacaciones.

5- Considerar que no será fácil cumplir con las expectativas de todos. En el caso de los adolescentes y niños habrá que poner límites. “Quizás los adolescentes sean los más complicados en satisfacer dados los tiempos en que vivimos. En muchos casos de familias con adolescentes se opta por llevar amigos para así crear un microsistema, eso sí con límites presentes”, explica.

6- Recordar que las vacaciones son para todos y que suelen tomarse como un premio que vale la pena aprovechar al máximo para “cargar las pilas”.