1- No pensar el celular como única garantía de seguridad de los chicos. Para muchos, el teléfono tiene una función "tranquilizadora’. Ante una emergencia, todas las escuelas tienen un teléfono para que los chicos puedan comunicarse con sus familiares.
2- Entre los docentes de varias escuelas que prefirieron resguardar sus identidades, contaron que los padres llaman varias veces a sus hijos durante la jornada escolar. Esto interrumpe las clases.
3- Evitar usar el teléfono como herramienta de vigilancia permanente. No demonizar estas tecnologías, sino pautar los límites para su utilización.