A cinco años de que la facultad de Arquitectura recibiera su primera impresora 3D, este aparato comenzó a dar frutos. Es que con ella fabricaron cinco impresoras más y las repartieron en escuelas técnicas de la provincia. La idea es que los chicos se familiaricen con este tipo de tecnología. El trabajo lo llevó a cabo un equipo de Arquitectura, a través de la carrera de Diseño Industrial y el grupo del área de Robótica de la Facultad de Ingeniería. Todo con el financiamiento de la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación y el aval del Ministerio de Educación. Fue la escuela Boero la última en recibir esta impresora (ver aparte).
Facundo Vila, uno de los integrantes del equipo, contó que todo empezó en 2013 cuando llegó a sus manos la primera impresora 3D. Luego de hacer varias pruebas y darle distintos usos, decidieron que sería bueno replicarla para que los alumnos de secundario pudieran tener acceso a esta tecnología. “La impresora puede fabricar las partes de las piezas plásticas. Los tornillos y otras clases de elementos se compran en ferretería”, dijo Vila quien agregó que lo que hicieron fue confeccionar los moldes tridimensionales. Para ello tuvieron que trabajar codo a codo con el taller de prototipado de la facultad. “No es algo complicado porque desde hace cinco años que nos venimos preparando para usar esta impresora”, agregó el diseñador industrial.
La confección de las impresoras les llevó poco más de un semestre y antes de entregarlas a cada establecimiento se capacitó a los docentes y también a los estudiantes, según dijo Vila.
Las escuelas beneficiadas fueron la Industrial, la EPET de Rawson, la de Albardón, el colegio San José y la Boero. “La idea es armar una cadena de aprendizaje. Es muy interesante trabajar con una tecnología que se replica así misma”, dijo el diseñador.
Ahora empezarán a evaluar el uso que cada escuela le está dando a las impresoras. Es decir si sólo la usan con objetivos pedagógicos o incursionaron en la réplica. Luego de este balance se comenzará a barajar la posibilidad de seguir fabricando estas impresoras para entregar a otras escuelas.
Los pioneros
En 2013, la Secretaría de Ciencia y Técnica entregó a la facultad de Arquitectura la primera impresora 3D. El objetivo fue que los alumnos pudieran familiarizarse con estas tecnologías. Los primeros resultados de los trabajos logrados con la impresora comenzaron a verse un año después. Los estudiantes siguen investigando.
La impresora de la escuela Boero
La escuela (foto) sumó una valiosa herramienta tecnológica para la enseñanza y los alumnos de las distintas especialidades del Ciclo Orientado ya están aprendiendo acerca de su uso y posibilidades de trabajo. Se trata de una impresora 3D, denominada FUGA 2.0. Este es un sistema de impresión tridimensional. Facundo Vila dijo que la denominación de Fuga para esta impresora surgió “como una analogía que simboliza el trabajo en equipo de los jóvenes realizadores ya que, en Geometría, “fuga” es una representación de un lugar en el infinito hacia donde concurren o convergen rectas paralelas”. Además de haberles entregado la impresora 3D, el equipo de la UNSJ dejó en la escuela un kit de reparación, un kilo de material de impresión PLA, un fijador, el manual de usuario en soporte digital y el modelo de los componentes plásticos para su reproducción.
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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018