El viento frío corría con fuerza a 4.753 metros de altura, en el límite entre Argentina y Chile en el paso de Agua Negra. Y hasta la puna le jugó una mala pasada a un periodista que se tuvo que quedar en un colectivo con ayuda de oxígeno y sin poder cumplir su tarea.
Pero no fue obstáculo para que el gobernador José Luis Gioja, que había llegado en helicóptero hasta unos pocos kilómetros antes del punto del acto, y Ricardo Cifuentes, que fue al frente de una numerosa comitiva, cortaran las cintas para dejar formalmente habilitado al tránsito el paso para una nueva temporada. Antes hubo himnos y una formación de Carabineros y de Gendarmes.
