María Olivera (foto) está casada con Antonio Escudero y el matrimonio tiene 8 hijos. Ella cobra una pensión de $800 y Antonio hace changas. Pese a su frágil economía, María (con el apoyo de su marido) se ofreció a cuidar a sus sobrinos ya que no quería que se criaran en un hogar del Estado, y menos aún que fueran separados. Y es que ella, junto a Patricia y dos hermanos más, sufrieron una situación de abandono en su niñez y crecieron en un hogar estatal. Morocha y conversadora, María solía tener encontronazos con su hermana por la situación de los chicos. Y a veces recibía avisos de los vecinos de Patricia, por lo que varias veces era Antonio quien iba y le daba una mirada a sus sobrinos, como en aquel día del viento Zonda del mes pasado en el que estaban solos y con miedo. María, a su vez, es madrina de Federico, el más chico de los hermanos Espejo.
