El partido fue picante, el estadio por momentos fue una caldera y los argentinos lo sintieron. Un fallo del juez enloqueció a Acasuso y los errores propios de Mayer lo enceguecieron, a tal punto que Tito Vázquez tuvo que calmarlo. En el tercer set, un ace de Acasuso no fue validado por el juez, lo que hizo que Chucho se quejara y hasta se subiera a la tarima del árbitro. Más tarde, Mayer erró un disparo y entonces estrelló la raqueta en el suelo y se fue al banco a puro insulto. Fue entonces que Tito tuvo que hablar para que se tranquilizara.
