El modelo económico impulsado por el gobierno de Chávez ha estado marcado por la bonanza petrolera que ha financiado sus programas sociales, y también por las expropiaciones, las nacionalizaciones, la regulación de precios y el control de cambios que ha convertido su relación con el sector privado en una polémica continua. El Gobierno se ha servido de los fuertes ingresos por el petróleo -que pasó de 16 dólares por barril en 1999, a 105,3 dólares este año- para financiar un gasto siempre creciente. El Estado venezolano ha implementado un estricto control cambiario desde 2003.