Al principio, usaron los paraguas como bastones. Pero al poco tiempo tuvieron que abrirlos y compartirlos con los que no tenían con qué guarecerse del agua. Esto sucedió en la madrugada de ayer, durante la procesión por el Día de la Inmaculada Concepción de María que, nuevamente este año fue acompañada por una lluvia torrencial como sucedió en el 2011. Pese al mal tiempo, ninguno de los 7.000 peregrinos que participaron abandonó esta procesión que crece cada año. En el 2011 participaron 4.000 personas en la peregrinación, y el año pasado, 5.000.

A los 20 minutos de iniciada la caminata comenzó a llover. Pese a que se trató de algunas gotas aisladas, la gente que no llevaba paraguas comenzó a prepararse para guarecerse del agua. Algunas mujeres sacaron un par de bolsas de sus carteras para repartir entre sus familiares, de modo que al menos se pudieran proteger la cabeza. Otras, cubrieron con nylon los cochecitos donde llevaban a sus bebés. Incluso hasta la imagen de la Virgen fue cubierta completamente con una bolsa para evitar que se mojara.

Todo esto sucedió justo antes de que iniciara la lluvia torrencial.

El chaparrón comenzó de repente y con una intensidad que desorientó hasta a los organizadores de la procesión que detuvieron la marcha por unos segundos sin saber si continuar o no con la misma. Finalmente decidieron seguir, ante el apoyo de los peregrinos que comenzaron a aplaudir y a gritar ’¡Viva la Virgen María!

Y el aliento de los fieles se volvió a hacer presente cuando, por causa de la lluvia, se cortó la luz y la calle quedó completamente oscura.

Sólo las luces de la camioneta que encabezada la procesión y de la que transportaba a la Virgen, alumbraron un poco el camino. El apagón duró un par de minutos al igual que la lluvia.

De todos modos, igual que ocurrió en el 2011, la misa se realizó en el interior del templo de la Inmaculada Concepción. Y si bien aún quedaba espacio dentro de la parroquia, muchos fieles prefirieron participar de la celebración desde afuera. Es que la lluvia no logró aplacar el calor.