“Esta boleta -que tiene una inscripción que reza “cobrar a los ambulantes”- dice que tengo que pagar $775, más el alquiler, más los empleados, más la luz y todo, y esta gente -por los ambulantes- cuánto va a pagar. No estoy de acuerdo y sé que muchos están muy enojados”, en tono firme y visiblemente indignado señaló el propietario de un comercio céntrico.

Los comerciantes consultados por este diario, que prefieren mantener el anonimato en su mayoría, se mostraron disconformes con la decisión municipal, porque creen que es fomentar una competencia ilegal enfrente de sus locales.

Los que a priori más se perjudican con la venta ambulante son aquellos que comercializan artículos que también vende el ambulante: “Yo estoy muy caliente, a mí no me compran medias porque en la vereda se las venden a 2 pesos. Acá a la vuelta le clausuraron un negocio por no dar un ticket y a estos señores se les permite todo”, aseguró la dueña de un local.

Ni la decisión de que los ambulantes tributen por sus ventas calma los ánimos exaltados de algunos comerciantes, porque aseguran que los mismo van a comprar la mercadería de forma ilegal.

Por su parte, Eduardo Castro, gerente de La tijera, dijo que “a mi no me afecta que vendan en la calle, por supuesto que no tiene que perjudicar el libre tránsito en la vereda, pero yo conozco un par de pibes que lo hacen acá enfrente y no molestan”.