Un sendero de arena y piedras transporta a los turistas hacia un lugar que no imaginan. El guía de montaña da detalles para el ascenso. Un poco más arriba arriba los colores de la tierra y el agua hacen que las emociones se sientan a pleno y que el cansancio no se llegue a percibir a pesar de que en un primer momento las piernas parecen no dar más. Todo esto sucede en la zona aledaña de El Castillito del Dique de Ullum, donde un grupo de prestadores turísticos ofrece un paquete de 2 horas en el que hasta el más inexperto puede hacer trekking, rapel y kayak.

Las Coloradas (cañadón por el que se hace el trekking) se adueña de las miradas. Los colores, que varían entre el rojo y el marrón hacen que se pueda distinguir entre la tierra firme y la blanda. Mientras que las piedras sirven de apoyo para que hasta los más pequeños se atrevan a la aventura.

La magnificencia del cañadón logra que el Sol se cuele en algunos sectores mientras que en otros, las sombras dan frío. Los túneles de roca y las cuevas que antes albergaban agua y en las que ahora se puede caminar dan miedo pero invitan a pasar. A simple vista es interminable, sin embargo el cansancio no pasa factura en ningún momento. Es que la alegría de creerse montañista por un rato hace olvidar esas sensaciones. Después, la aventura continua en el agua. Y al igual que con el trekking los consejos del guía son parte de la bienvenida.

El agua que choca contras las rocas salpica la ropa pero el frío no se siente. La fuerza del viento hace que el dominio parezca complicado, sin embargo el agua es calma. Al principio el tambaleo del kayak da la sensación de que se viene lo peor y es ahí donde se debe recordar los consejos del guía. Tras esto, cada uno de los turistas desciende de la embarcación para empezar la última etapa: una nueva subida que transporta hasta la cruz del Tres Marías donde se hace rapel. A pesar del nuevo ascenso el cansancio no se siente. Es que la idea de colgar por las paredes de un cerro y tener medio cuerpo en el aire incentiva más. En sólo minutos la adrenalina invade a los aventureros que tras llegar a tierra firme aseguran querer volver a empezar.